América Molina del Villar[1]
CIESAS Ciudad de México
Panel de exdirectores del CIESAS en el marco de la celebración del 50 aniversario, América Molina del Villar al micrófono. Foto: Yoselin Barrera.
La pandemia de COVID-19 impactó a nuestro país desde febrero de 2020. En la primavera iniciaron las medidas de contención sanitaria con severas repercusiones económicas. En este contexto, las actividades docentes y de investigación en escuelas, universidades e institutos se cancelaron. Nos fuimos a casa y aprendimos a manejar las nuevas tecnologías para dar clases, investigar y trabajar. Me correspondió, en mi papel de coordinadora del posgrado en Antropología de la Ciudad de México, supervisar cómo se fueron readaptando las clases, exámenes de grado y seguimiento de estudiantes de maestría y doctorado.
En unos días de manera sorpresiva pasé de coordinadora a ocupar de manera interina la Dirección General en un contexto realmente crítico: desde mediados de mayo a la segunda semana de octubre de 2020. La situación no solo era difícil por la emergencia sanitaria, sino también por varios otros factores, como un cambio en la dirección de las políticas de CONACYT con recortes significativos, devolución de plazas directivas y de gestión académica. Debo señalar que el equipo de trabajo conformado por el entonces director general, el Dr. Fernando Salmerón Castro, me permitió solventar estos meses difíciles. No sobra comentar el gran apoyo que tuve de la comunidad del CIESAS y la Mtra. Teresa Roano para ocupar el cargo de esta manera inesperada. El CIESAS es una comunidad solidaria, fraterna y resiliente, virtudes que salieron a relucir en esos días aciagos. Mi reconocimiento al Consejo Técnico Consultivo (CTC) y a la representante de investigadores, Dra. Dolores Palomo Infante, quien llevó a cabo el proceso de consulta a la comunidad para asumir de manera interina el puesto. Ya en el puesto y respetando su carácter interino, desde la primera reunión del CTC se echó a andar el mecanismo de auscultación interna para proponer a Conacyt un candidato para ocupar la Dirección General, de conformidad con nuestros estatutos de creación, cubriéndose este proceso con una normatividad democrática por parte de nuestra comunidad CIESAS. Las comisiones internas, direcciones y subdirecciones trabajaron con gran empeño y esfuerzos para continuar con la operatividad de la institución.
En el momento de asumir la dirección interina, los Centros Públicos de Investigación (CPI)hacían frente a la iniciativa del gobierno federal de devolución del 75% de los ingresos presupuestados en los capítulos 3,000 y 4,000. La fuerte reducción de estos rubros constituía una fuerte afectación a los viáticos, trabajo de campo, archivo, becas de movilidad de los estudiantes de nuestros programas docentes, todos reconocidos por el antiguo Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) de Conacyt. En relación con este tema preocupante se llevaron a cabo varias reuniones de los directores de los CPI con las autoridades de Conacyt; los funcionarios de nuestra cabeza de sector a su vez tuvieron una amplia gestión con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). De manera constante, tuvimos que enviar proyectos e informes con propuestas de presupuestos austeros. Los CPI nos unimos para detallar la fuerte afectación que significaba para la operatividad de los CPI la devolución del 75 por ciento. Por fortuna, gracias al envío de esta información y gestiones de Conacyt ante la SHCP no nos vimos afectados por este fuerte recorte. Al no concretarse esta reducción se lograron publicar las convocatorias de becas externas, el Subprograma de Becas de Técnicas de Capacitación y Gestión. También se liberó un millón de pesos para el trabajo de campo, archivo y viáticos para asistir a eventos académicos. No obstante, las condiciones sanitarias impedían llevar a cabo estas últimas actividades y ejercer el millón de pesos liberados para este rubro. Me parece que otro logro importante de la gestión interina es haber completado mediante diversos oficios a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la liberación de seis plazas académicas vacantes, cuyos concursos y evaluaciones permitieron el ingreso de jóvenes investigadores. Fue fundamental el trabajo de la Subdirección de Investigación y la Comisión Dictaminadora para la revisión de los expedientes y establecer quienes fueron merecedores de los concursos.
Otro tema controvertido fue el proceso de extinción de los fideicomisos, medida que generó gran molestia en la comunidad académica. Asistí de manera virtual a un parlamento abierto con las Comisiones de Ciencia y Tecnología del Congreso, en el que se expuso la importancia de preservar los fideicomisos de Ciencia y Tecnología, los cuales tenían una estructura y reglas de operación, y cuya administración es auditada por nuestros Órganos Internos de Control.
Del mismo modo, generó controversia en la comunidad científica de los CPI el cumplimiento de la Declaración Patrimonial y el cambio de figura como funcionarios públicos. Finalmente, los profesores investigadores y mandos medios-superiores presentaron la Declaración Patrimonial bajo presiones de la Función Pública. El 17 de julio presentamos ante la Junta de Gobierno el informe de actividades académicas de 2019. Un día después de asumir la dirección general interina, el Comité Externo de Evaluación se reunió y emitió su dictamen, otorgándole al CIESAS una calificación de 9.5. Sin embargo, los estados financieros no fueron aprobados y se obtuvieron porcentajes bajos y finalmente nuestra calificación global fue baja, de 79.52/100, la cual por cierto nunca habíamos obtenido. Las auditorias se fueron solventando y quedaron algunos pendientes.
En el breve periodo de gestión atendimos la convocatoria de Conacyt para discutir el tema de la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnología e Innovación (HCTI) En conformidad con esta nueva Ley, los directores de los CPI logramos consensar un articulado que dote a los centros de cierta autonomía, funciones, y fuentes de financiamiento, respetando sus respectivos instrumentos de creación. La idea era alcanzar una articulación que visibilizara nuestra identidad e imagen, conformando una Red de Ciencia, Tecnología y Humanidades. También fue importante lograr la homologación de salarios de investigadores de los CPI con la UNAM, acceder a presupuestos de secretarías de estado y lograr recibir donaciones
A pesar de las adversidades derivadas de la pandemia, otra de las tareas a las que nos abocamos en la dirección interina fue la preparación de las juntas de gobierno y los informes financieros. En este tiempo siempre prevaleció un diálogo respetuoso con el Sindicato. Fue un momento de gran aprendizaje. Me maravilló la versatilidad de nuestra institución, los grandes proyectos de investigación, así como la manera en la que el CIESAS ha contribuido al estudio y solución de los grandes problemas nacionales: la pobreza, las comunidades indígenas, la violencia, y en temas de educación, lingüística, patrimonio cultural e historia. En esos momentos varios colegas obtuvieron financiamiento externo para analizar la situación de la pandemia y emergencia sanitaria. Son valiosos y con gran contenido los proyectos de investigación y los programas de docencia que se llevan a cabo en las direcciones regionales. No sobra decir que, durante el tiempo de mi breve, pero intensa gestión, nunca me senté en la silla asignada a la dirección general, ni ocupé la oficina. Las múltiples reuniones se llevaron a cabo en mi casa, en un cuarto de azotea readaptado como estudio.
Hoy en sus cincuenta años nuestra comunidad celebra su aniversario. Recordamos a nuestros queridos compañeros fallecidos y jubilados, quienes con tanto amor y excelencia aportaron tanto a nuestra institución. Mi experiencia en estos meses difíciles fue un gran compromiso, el cual asumí con enorme agradecimiento y cariño a nuestra querida institución con media centuria de existencia.
Para terminar y a tres años de su desaparición, te seguimos esperando tus familiares, compañeros y colegas, Griselda Mayela Álvarez Rodríguez.
-
Correo: avillar@ciesas.edu.mx ↑