Daniela Amz
El Festival Artístico Audiovisual Afrodescendencias se realizó en las localidades de Yanga, Mata Clara y El Mirador, ubicados en la zona montañosa de Veracruz. Es importante recalcar que Yanga es el primer pueblo liberado por una comunidad de africanos esclavizados, en 1609, y su nombre lo lleva en honor a Gaspar Yanga, personaje que lidereó esta lucha por la libertad de los negros cimarrones en esta parte del territorio.
Mi participación en dicho festival fue diversa, en primer lugar el registro fotográfico de las múltiples actividades y talleres artísticos que se realizaron del 2 al 4 de junio de 2023. Otra de las actividades en que participé fue en el montaje de la Exposición Fotográfica «El otro mestizaje», de los fotógrafos Manuel González de la Parra y Sandra Ryvlin, cuyas series fotográficas, nos cuentan distintos aspectos de la cultura afrodescendiente en pueblos de Veracruz.
El principal motivo de mi colaboración, fue hacer el registro fotográfico del Taller “Cartografías corporales”, impartido por la psicóloga social cubana Odalys Coyaso, con mujeres de la comunidad de El Mirador, Yanga. Desde mi percepción como antropóloga social, el objetivo central del taller fue el acercamiento al universo femenino afrodescendiente de las mujeres de esta localidad, desde la autorrepresentación.
La metodología que Odalys utilizó para acercarse a las historias de las mujeres de distintas generaciones que acudieron al taller fue a través del arte y el diálogo.
El taller comenzó con la presentación de las participantes, cuando cada una de ellas fue contando brevemente su historia en relación al territorio que habitan. Otros de los objetivos del taller fue romper los candados históricos impuestos desde la ideología occidental hegemónica, que han impedido hablar a las mujeres negras, negándoles su derecho como mujeres y como sujetos históricos.
Las mujeres se apropiaron del espacio a través del diálogo y la autorrepresentación, dibujando su cuerpo como territorio. En estas representaciones se manifiestan los distintos discursos que de ellas emanan —y que son parte del cómo se miran y cómo son miradas en su cotidianidad—, haciendo una reflexión individual y colectiva sobre el papel de la mujer negra en su contexto social, de las formas en que se sigue reproduciendo el machismo en su comunidad, y de las diversas violencias que atraviesan sus historias y sus cuerpos.
Sin duda, el taller de cartografías corporales fue un gran ejercicio de expresión, diálogo, autorreconocimiento y reflexión colectiva, en un espacio que solo fue para ellas, donde pudieron conocerse, escucharse y expresarse cómoda y libremente. Un espacio del tipo que no existe normalmente para las mujeres, o del que ellas mismas se apropian para poder dialogar sus experiencias cotidianas.
.En conclusión, el taller fue un espacio de diálogo y sanación colectiva muy necesario para las mujeres de la comunidad de El Mirador, y muy necesario para las mujeres que habitan distintas geografías. Fue una gran experiencia acompañarlas como mujer y como fotógrafa, y observar de qué forma las transformó la experiencia. Me quedo con sus expresiones, sus potentes discursos y la transformación de sus miradas al iniciar y finalizar el taller.
Nota: Todas las fotografías son propiedad de Daniela Amz