Rodolfo Martínez Martínez
Laboratorio Audiovisual
CIESAS CDMX
En marzo de 2021, con el acompañamiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO, la Presidencia de la República presentó públicamente al primer comité de seguimiento de la Declaración de principios para la diversidad cultural y lingüística en los medios de comunicación.[1]
La declaración contiene cinco enunciados que en términos generales promueven la inclusión, diseño y producción de contenidos mediáticos que difundan la diversidad de expresiones culturales y lingüísticas de México, entre los medios de comunicación, públicos y privados.[2]
El grupo quedó integrado por representantes de distintos medios de comunicación indígena, radios comunitarias, investigadores, periodistas, lingüistas indígenas, activistas y productores audiovisuales independientes, y tiene como finalidad promover la adhesión a la declaración de los medios de comunicación, públicos y privados. Se busca que los medios de comunicación apliquen en sus prácticas comunicacionales los principios de la declaración, el comité les otorgará el reconocimiento correspondiente por su adherencia.
En la composición del comité fue incluida la reconocida activista afromexicana Rosa María Castro Carranza, originaria de la Costa Chica de Oaxaca, quien fue presentada públicamente como representante de los pueblos afromexicanos en las tareas del comité dirigidas a la promoción y adhesión a la declaración.
La inclusión de la dirigente afromexicana, coloca a la vista expectativas promisorias en la tarea pública de promover en México los derechos humanos de los pueblos afrodescendientes, particularmente en el orden de la esfera mediática. Es un avance en favor del conocimiento, reconocimiento, valoración y respeto de la diversidad cultural y lingüística de México, de la cual los pueblos afromexicanos son integrantes.
De cara a los pendientes jurídicos del reconocimiento constitucional alcanzado en el año 2019, desde la perspectiva contemporánea del movimiento afromexicano, la designación de la activista Rosa María Castro Carranza también representa un avance notable en la visibilización de la presencia afromexiana en la esfera mediática nacional, pública y privada, asumida desde el inicio de su etapa de organización, en 1997, como su estrategia central para alcanzar su reconocimiento como sujetos de derecho constitucional, basada en la unidad étnica en torno a su identidad cultural.
La visibilización como estrategia del movimiento afromexicano
Para los movimientos afromexicanos contemporáneos organizados, la visibilización constituye una estrategia permanente de comunicación cultural para la construcción identitaria, alimentada por la diversidad de sus expresiones culturales históricas, tangibles e intangibles, adoptada por las organizaciones sociales de estas poblaciones, desde la reunión de los pueblos negros convocada por el padre Glyn Jemmott Nelson, en el año de 1997.
Al respecto de la visibilización como estrategia de sensibilización social de la política étnica afromexicana, así como del momento histórico en que fue adoptada por las organizaciones afrodescendientes, la investigadora América Nicte-ha López Chávez precisa:
La organización política de los afrodescendientes comenzó en enero de 1997, cuando el religioso trinitario Glyn Jemmott convocó a una reunión a la que asistieron los que se convertirían en líderes de la movilización. Allí surgió la idea de visibilizar la historia y herencia cultural africana mediante un encuentro cultural al que llamaron Encuentro de Pueblos Negros.[3]
Por su parte, Alejandra Haas Paciuc, en su artículo “La historia de los afrodescendientes: visibilizando un pasado común”, dice:
Un momento clave en este sentido fue la organización del Primer Encuentro de Pueblos Negros, llevado a cabo en 1997 en El Ciruelo, Pinotepa Nacional, Oaxaca, que reunió a diversas comunidades y pueblos de mexicanas y mexicanos con herencia africana en la búsqueda del reconocimiento; sus principales demandas eran: el pleno reconocimiento constitucional de las comunidades y pueblos afromexicanos con la armonización legislativa que esto implicara; la inclusión de la variable étnico-cultural en censos y conteos de población y vivienda, así como en instrumentos estadísticos administrativos; la creación de un observatorio contra la discriminación racial con especial énfasis en la observación de los contenidos en medios de comunicación, políticas públicas y otros espacios de la sociedad en general.[4]
La visibilización de los pueblos afromexicanos, desde 1997, ha estado asociada a la utilización directa de los medios de comunicación. Tanto la carencia de éstos como la discriminación racial que se genera desde ellos en su contra los llevó a buscar los medios alternativos, los canales, las herramientas tecnológicas, las alianzas y las competencias comunicacionales necesarias, para construir su propia estrategia de visibilización étnica.
En dicho contexto, la comunicación ha cumplido un papel básico. Han recurrido tanto a su forma mediática, como a la comunicación alternativa fuera de la esfera mediática, que se construye desde las comunidades afrodescendientes con la oralidad de sus memorias ancestrales, sin dejar de mencionar también las diversas modalidades de comunicación alternativa que han creado en el camino de reconocimiento.
Si bien podemos afirmar que la visibilización como estrategia comunicacional identitaria surgió, como ya vimos, en 1997, la presencia directa de una expresión afromexicana mediática planteada claramente en el sentido de la reivindicación de su historia y de su cultura, de acuerdo con la investigadora América Nicte-Ha López Chávez, sucedió antes, en 1996, y fue radiofónica. En relación con ese dato, la investigadora nos dice: “En 1996, con apoyo del Centro Coordinador para el Desarrollo Indígena de Jamiltepec (CCDI) y la Casa del Pueblo, se creó ‘El Cimarrón’, primer programa radial transmitido por medios oficiales y dedicado a la cultura negra” (Reyes, I., comunicación personal, 24 de febrero, 2017).[5]
Desde la perspectiva de la historia reciente del movimiento afromexicano se aprecia que, desde el inicio de su etapa organizada, surgió y se hizo manifiesta la preocupación y el malestar por el tratamiento mediático que sistemáticamente han recibido por parte de la cultura de masas y de los medios de comunicación, sobre todo los privados, que actúan en la dimensión de la industria del entretenimiento. Así como también por parte de las políticas públicas del Estado mexicano construidas para la atención de las expresiones de la diversidad cultural, étnica y lingüística de México, de las cuales ellos han sido excluidos.
Una fuente de información útil para la historia comunicacional afromexicana reciente se localiza en los acuerdos, conclusiones y declaraciones emitidas en reuniones, encuentros, talleres y actividades académicas, las cuales también han tenido un papel muy importante en esta historia, mismos que sucedieron entre 1997 y el 2019, año en que la firma presidencial validó el reconocimiento constitucional de dichas poblaciones.
Entre esas reuniones y acuerdos, como ya vimos antes, destacan los pronunciamientos relacionados directamente con su visibilización, entendida como estrategia comunicacional de sensibilización permanente orientada al fortalecimiento identitario; así como su relación con los medios de comunicación.
Desde el acuerdo final de la primera reunión de los pueblos negros celebrada en El Ciruelo, en 1997, hasta los pronunciamientos emitidos más recientemente en el contexto del reciente reconocimiento constitucional de 2019, ha sido reiterada la preocupación por el maltrato mediático, por recuperar su memoria colectiva, histórica y ritual, así como también por tener sus propios medios de comunicación comunitarios.
Como memoria de los planteamientos comunicacionales planteados en dichas reuniones, por ejemplo, es importante recordar en particular el Primer Foro Nacional de Poblaciones Afrodescendientes, celebrado en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Ciudad de México, el 26 y 27 de septiembre de 2012, en cuyas mesas de trabajo se manifestó puntualmente la coincidencia respecto a la comunicación y los medios de comunicación:
En nuestro país los medios de comunicación han servido sistemáticamente para difundir y reproducir prejuicios y estereotipos negativos sobre la población afrodescendiente, así como para invisibilizar otros aspectos fundamentales. Mientras que, en los estados, municipios y localidades con población afrodescendientes, los medios de comunicación locales poco han aportado para visibilizar a este sector de la población.[6]
Ante tal planteamiento crítico, como respuesta, dichas mesas coincidieron en proponer:
• Hacer uso de los medios de comunicación para combatir los estereotipos y prejuicios que existe entre la población acerca de las personas afrodescendientes, y dignificar a la población afrodescendientes, a través de la difusión de su historia, cultura y tradiciones, sus derechos y responsabilidades, sus problemáticas, demandas y propuestas de solución.
• Impulsar cambios legales y administrativos para que las comunidades con población afrodescendiente tengan derecho y apoyos suficientes para establecer y operar radios comunitarias. De la misma manera, es necesario construir redes de comunicación entre las comunidades afrodescendientes, que incluya el uso de nuevas tecnologías y de medios comunicación tradicionales, como el uso de bocinas.
• Solicitar a los gobiernos hacer uso de los tiempos asignados al Estado para difundir los derechos, historia, tradiciones, y cultura de las y los afrodescendientes, cuyo contenido sea definido con la población afrodescendiente.
• Utilizar medios de comunicación especializados, como las revistas culturales, que permitan revalorar la historia y cultura de la población afrodescendiente.
Cabe recordar algunos de los pronunciamientos derivados de dicho foro:
- La creación de un observatorio contra la discriminación racial con especial énfasis en la observación de los contenidos de los medios de comunicación, las políticas públicas y otros espacios de la sociedad en general.
- Hacer diagnósticos de salud y campañas de prevención considerando el perfil epidemiológico de la población afrodescendiente.
- Impulsar un conjunto de iniciativas de promoción, difusión del patrimonio cultural y la historia de los afrodescendientes.[7]
Respecto de las demandas comunicacionales reiteradas en distintos momentos por el movimiento afromexicano, América Nicte-Ha López Chávez, precisa las principales de ellas, desde 1997:[8]
• Campañas de sensibilización, información y visibilización.
• Cultura y acción simbólico-cultural: difundir la cultura afromexicana material e inmaterial, recuperación de la memoria histórica, establecer el día afromexicano y el mes de la herencia negra.
• Espacios mediáticos de representación étnica en instituciones políticas y culturales.
• Demandar el retiro de contenidos discriminatorios de los medios de comunicación.
Momentos comunicacionales coyunturales del movimiento afromexicano
Entre 1997 y 2021, tanto en el ámbito nacional como estatal, hemos visto surgir condiciones legales favorables tanto para el proceso de reconocimiento constitucional afromexicano, en general, como para el fortalecimiento del derecho a la comunicación intercultural de las personas afromexicanas y de sus poblaciones en particular.
Durante dicho periodo vimos concretarse, por ejemplo, la reforma constitucional de junio de 2011, que colocó en el orden del artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los derechos humanos, y con ellos la armonización de las convenciones y acuerdos internacionales que obligan al Estado mexicano a garantizar el cuidado de las expresiones de la diversidad cultural, étnica y lingüística, favorable a los pueblos afrodescendientes.
Desde la visión que ofrece esta retrospectiva comunicacional afromexicana, otro momento mediático importante sucedió en el año 2015, con el conteo intercensal realizado por el INEGI, cuyo proceso evidentemente favoreció la visibilización mediática de las personas afrodescendientes y sus poblaciones. El resultado:
Según la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hasta 1.38 millones de mexicanos se identificaron como afrodescendientes (o afromexicanos). Es la primera vez que el INEGI incorpora esta categoría en su historia, la cual representa 1.2% de la población nacional, de los cuales 705 mil son mujeres y 677 mil son hombres.[9]
Luego, en el 2019, el proceso legislativo del reconocimiento constitucional, con su poder de exposición ante los medios de comunicación, nuevamente colocó a estas poblaciones y sus diversas expresiones culturales e históricas de afrimexicanidad, en el contexto de una nueva etapa de visibilización mediática de su presencia étnica, histórica y cultural, que fortaleció todos los esfuerzos de ese mismo orden anteriormente realizados, lo cual quedó demostrado en el resultado del censo de población aplicado por el INEGI el año siguiente, en 2020.
En el año 2020 hubo dos acontecimientos nodales que impactaron en el proceso comunicacional del movimiento afromexicano. Uno de ellos fue el censo del INEGI cuyo resultado nos dejó saber en esa medición estadística cuántas personas se reconocieron como afromexicanas: 2, 576,213 personas afromexicanas. Población que representa el 2% del total de ciudadanos que habitan México.[10]
El aumento en el número de personas que se reconocieron como afromexicanas en el censo del año 2020 fue notablemente alto si se considera que el proceso del conteo, que ya incluye a las afrodencendencias, en México es muy reciente. En dicha medición se dio un proceso comunicacional mediatizado, el cual implicó a medios de comunicación con organizaciones, dirigentes, investigadoras académicas, así como también artistas, activistas, promotores culturales, productores y realizadores audiovisuales, comunicadores y comunicólogos, quienes cumplieron tareas que se convirtieron en campañas e iniciativas audiovisuales que abonaron a su estrategia de visibilización étnica, que evidentemente influyeron en el fortalecimiento identitario de estos pueblos, rumbo a su reconocimiento constitucional, a partir de la promoción y difusión de sus valores, lo cual en conjunto ya se vio reflejado en el resultado del censo de 2020.
El otro acontecimiento sucedido en el año 2020, que en la actualidad también influye comunicacionalmente en la construcción identitaria de los pueblos afromexicanos de cara a la movilización progresiva de su reconocimiento constitucional, fue la instalación del Consejo para la Implementación de los Indicadores de Desarrollo Mediático de la UNESCO, en México,[11] cuya finalidad, en términos generales, consiste en crear en nuestro país las condiciones necesarias, competencias comunicacionales democráticas del orden nacional armonizadas con el orden normativo internacional, para el desarrollo democrático del contexto comunicacional mexicano, que en nuestro país se caracteriza, por un lado, por la concentración del poder financiero y político en la esfera mediática; y, por otro lado, por la riqueza de las expresiones de la diversidad cultural, étnica y lingüística que México es.
Dichos indicadores[12] constituyen el antecedente del primer Comité de seguimiento de la Declaración de Principios para la Diversidad Cultural y Lingüística en los Medios de Comunicación. Con la inclusión de la activista Rosa María Castro, en el año 2021, más o menos quinientos años después de que las primeras personas de origen africano, víctimas de la esclavitud, con la diáspora que las arrojó violentamente a la entonces recién arrasada Tenochtitlán, los pueblos afromexicanos ya están presentes en la iniciativa presidencial asociada a la UNESCO, para promover y darle seguimiento a la declaración. Teniendo a la vista las anteriores notas, cuya finalidad apunta a la historia de la comunicación afromexicana, lo que se advierte es que el contexto comunicacional afromexicano ya cambió.
El nuevo orden comunicacional constitucional afromexicano de cara al siglo XXI
Para sostener la anterior afirmación, ahí están las evidencias de la vigencia de los derechos humanos relacionados con el derecho a la comunicación afromexicana intercultural, a los que ahora ya tienen acceso las poblaciones afrodescendientes de nuestro país.
En este nuevo orden comunicacional afromexicano que recientemente ha emergido, el derecho a la mirada audiovisual propia, generada desde sus contextos culturales, ha adquirido una importancia notable en la construcción colectiva actual de su identidad cultural.
La nueva mirada audiovisual afromexicana surge en el siglo XXI como estrategia de resistencia frente a los embates sistemáticos de la violencia mediática estructural, entretejida en la cultura de masas, que durante el siglo XX fue el vehículo que condujo los mensajes racistas en su contra, emitidos desde distintos frentes culturales, que se conjugaron y sintetizaron en el proceso de blanqueamiento, ocultamiento y sustitución de su identidad cultural, por estereotipos y prejuicios racistas que vinieron a dislocarlos de su presencia histórica y cultural en la vida nacional.
Esta nueva mirada busca encontrar soluciones a los pendientes en materia de derechos humanos, entre los cuales están el derecho de las personas afromexicanas y los pueblos afromexicanos a una comunicación libre de discriminación racial; el derecho a una comunicación sin estereotipos construidos desde los prejuicios racistas dominantes en nuestro país; el derecho de las personas afromexicanas y las poblaciones afrodescendientes a producir sus representaciones comunicacionales propias, en las cuales muestren, sin la mediación de las nuevas miradas coloniales, sus propias miradas que miran y nombran el mundo desde sus territorios étnicos, desde sus biodiversidades, desde las expresiones fonéticas vivas de su oralidad ancestral; desde sus cosmovisiones locales y regionales; desde los sistemas epistemológicos afromexicanos, en los cuales se conjugan sus saberes, conocimientos y demás expresiones históricas y culturales propias.
Por último, cabe mencionar que la reciente aprobación de la Ley General de Consulta a los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afrodescendientes abre una etapa nueva.[13] Después de su aprobación, lo que sigue es la armonización del acuerdo 169 de la Organización Internacional del Trabajo con nuestras leyes. Es importante recordar que el Acuerdo 169 de la OIT también contiene un conjunto de artículos en materia de comunicación indígena y afrodescendiente, mismos que también deberían armonizarse con nuestras leyes.
Este nuevo escenario, caracterizado por la perspectiva de armonización con enfoque intercultural de las normas internacionales aplicables en materia comunicacional a nuestras leyes, de ahora en adelante, obliga al Estado mexicano, además de promover la citada Declaración en favor de la diversidad cultural y lingüística en los medios de comunicación, le exige cumplir su obligación de diseñar políticas públicas de comunicación con pertinencia cultural y lingüística, interculturales, para las personas afromexicanas y sus comunidades.
Bibliografía
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Datos de la población afrodescendiente en México. Principales Resultados de la Encuesta Intercensal 2015 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Instituto Mexicano de las Mujeres. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/199489/Datos_INEGI_poblacio_n_afromexicana.pdf
Encuesta intercensal 2015, INEGI. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/programas/intercensal/2015/.
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- “Se instala primer Comité de Seguimiento a la Declaración de Principios para la Diversidad Cultural y Lingüística en Medios de Comunicación, Gobierno de la República”. Prensa, Secretaría de Cultura, , Gobierno de la República, México. https://www.gob.mx/cultura/prensa/se-instala-el-primer-comite-de-seguimiento-a-la-declaracion-de-principios-para-la-diversidad-cultural-y-linguistica-en-medios-de-comunicacion ↑
- Op. cit. https://www.gob.mx/cultura/prensa/se-instala-el-primer-comite-de-seguimiento-a-la-declaracion-de-principios-para-la-diversidad-cultural-y-linguistica-en-medios-de-comunicacion?idiom=es ↑
- López Chávez, Nicte-Ha América, “La movilización etnopolítica afromexicana de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca: logros, limitaciones y desafíos”, en Perfiles Latinoamericanos, vol. 26, núm. 52, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, México. https://perfilesla.flacso.edu.mx/index.php/perfilesla/article/view/727 ↑
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- Op. cit. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S018876532018000200008&lng=pt&nrm=iso&tlng=es ↑
- Notas personales tomadas por el autor de este artículo, desde su condición de relator y firmante de la declaración final de dicho Foro. ↑
- Tomado de las notas que escribí como relator de los resolutivos de la mesa 3 Organización y convivencia de educación intercultural de dicho Foro. ↑
- Op. cit. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-76532018000200008&lng=pt&nrm=iso&tlng=es ↑
- Datos de la población afrodescendiente en México. Principales Resultados de la Encuesta Intercensal 2015 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Instituto Mexicano de las Mujeres. Disponible en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/199489/Datos_INEGI_poblacio_n_afromexicana.pdf ↑
- Fuente: Infobae. https://www.infobae.com/america/mexico/2021/01/25/inegi-25-millones-de-personas-se-identifican-como-afromexicanos/ ↑
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-
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