Jaime I. Chi Pech[1]
CEPHCIS, UNAM
Ilustración Ichan Tecolotl
Introducción
El bilingüismo indígena en México es mucho más la regla que la excepción. El índice actual de bilingües lenguas indígenas-español es de 87.22% (INEGI, 2021). Este porcentaje alto de bilingües aumenta cada año, mientras que el número de monolingües en lenguas indígenas se reduce también cada año. De allí la importancia y urgencia de comprender cómo los bilingües indígenas están usando las dos lenguas y cuánta variación hay en los usos a nivel de familias y comunidades.
En este trabajo se presenta una revisión somera de investigaciones sobre el contacto lingüístico y bilingüismo en las regiones indígenas de México. En primer lugar, se presentan investigaciones que han manifestado la situación bilingüe de las comunidades indígenas con un marcado desplazamiento lingüístico a favor del español. Aunque encontramos la excepción de comunidades bilingües en donde las lenguas indígenas se preservan. En segundo lugar, se presentan investigaciones centradas en la socialización lingüística de niños indígenas que crecen en contextos bilingües y de cambio lingüístico. Éstos muestran que la tendencia general es socializar a los niños en el español. Es interesante el caso de un grupo de niños que, pese a que no hablan la lengua indígena en casa, la emplean en sus interacciones cotidianas a través del cambio de código y préstamos lingüísticos. Finalmente, se presentan algunas reflexiones finales planteando la importancia de ampliar los estudios del bilingüismo indígena para una mejor comprensión de los procesos de desplazamiento de las lenguas indígenas.
Bilingüismo y desplazamiento lingüístico en México
Los trabajos de corte sociolingüístico han destacado que el bilingüismo en las comunidades indígenas se caracteriza por una relación asimétrica entre las lenguas indígenas y el español. Esto ha dado como resultado el desplazamiento de las lenguas indígenas a favor del español (Hamel, 1992; Lastra, 1992; Zimmernann, 2011, y otros).
El trabajo de Hill y Hill (1999), Hablando Mexicano, es uno de los estudios más importantes sobre la dinámica del habla bilingüe mexicano-español del area de la Malinche en Tlaxcala, México. En este trabajo se presenta la situación social y lingüística del náhuatl (o mexicano) frente al español, con atención en la situación socioeconómica de los pueblos, las actitudes de los hablantes hacia su lengua y el desplazamiento del mexicano. Los autores mencionan que la migración a centros urbanos y el retorno a la comunidad es uno de los factores que conduce al contacto entre el español y náhuatl y, por lo tanto, al sincretismo lingüístico.
El trabajo de Flores Farfán (2012), Cuatrero somos y todindioma hablamos. Contacto y conflictos entre el náhuatl y español en el sur de México, muestra la situación de contacto entre el español y náhuatl de la región del Balsas, en Guerrero. El autor muestra dos escenarios principales. Por un lado, en algunas comunidades de la región se observa el desplazamiento lingüístico rápido del náhuatl. Por el otro, algunas comunidades muestran resistencia lingüística y cultural del náhuatl. En términos de la complejidad que implica el contacto lingüístico, el autor habla de un continuum que va de situaciones donde el español ha desplazado a las lenguas nativas hasta casos donde las lenguas nativas se preservan.
Hamel y Muñoz (1987) estudiaron el caso del otomí del Valle del Mezquital (Hidalgo). Los autores mencionan que la gran mayoría de la población es bilingüe otomí-español (más del 70%) y el resto monolingüe otomí. Asimismo, señalan que la dinámica social y económica de la gente ha ocasionado que una buena parte de la población haya desarrollado habilidades pasivas en español, pero que no pueden producir enunciados estructurados. En cuanto a los que han migrado a las ciudades, van desarrollando también un tipo de bilingüismo pasivo en otomí. Esta situación la han caracterizado como un tipo de diglosia sustitutiva donde la lengua dominante va desplazando a la lengua dominada.
Trujillo Tamez (2011) señala que en San Bosco Chuxnaban (una comunidad mixe en Oaxaca), el bilingüismo con el español se observa más en hombres que en mujeres y solamente se puede observar monolingüismo mixe en personas de mayor edad. Rico Lemus (2011) estudia el español para conocer la situación del p’urhépecha en Santa Fe de la Laguna, Michoacán. El autor encuentra que los ancianos y niños tienen conocimiento limitado del español, y el resto de la población puede comunicarse sin problemas en p’urhépecha y en español. Asimismo, menciona que a pesar de estar rodeada de poblados con predominancia del español y el bilingüismo con el español, aún es muy vital el uso del p’urhépecha en muchos espacios.
En el caso de la península yucateca se reporta que el 92.42% es bilingüe en maya y español. En contraste sólo el 4.46% es monolingüe en maya, predominantemente adultos mayores (INEGI, 2010). Esta situación se ha reportado también en los trabajos sociolingüísticos llevados a cabo en la península de Yucatán que han destacado el bilingüismo y el desplazamiento rápido del maya (Chi Canul, 2011; Chi Pech, 2016; Pfeiler et al., 2014; Sánchez Arroba, 2009). Adicionalmente, otros estudios han mencionado que las actitudes hacia la lengua maya son positivas, pero las actitudes hacia los hablantes son tanto positivas como negativas (Sima Lozano, Perales, Be, 2014) (Sima Lozano, Perales, Ríos, 2016)
En esta sección se han presentado trabajos que han señalado un bilingüismo asimétrico en las comunidades indígenas. Sin embargo, existe una enorme variabilidad de situaciones de bilingüismo en cada región, con diferentes grados de asimetría y de intervención del español como la lengua dominante. Un tópico no ampliamente documentado en estos contextos de cambio lingüístico son los procesos de socialización lingüística de los niños. El estudio de la socialización lingüística es un factor importante que puede mostrar el uso o desuso definitivo de las lenguas indígenas (Fishman, 1991; Rindstedt y Aronsson, 2002).
Bilingüismo y socialización lingüística
El paradigma de la socialización lingüística ha sido el punto de partida de varios estudios enfocados a comunidades pequeñas y culturalmente aisladas (Ochs y Schieffelin, 2010). Varios trabajos han retomado este paradigma para estudiar los procesos de socialización lingüística en contextos institucionales y en una amplia variedad de entornos lingüísticos y culturamente heterogéneos caracterizados por el bilingüismo, multilingüismo, cambio lingüístico y otros procesos relacionados con el contacto entre lenguas y culturas (Baquedano-López y Garret, 2021; Garret, 2005; Makihara, 2005; Paugh, 2012).
Algunos trabajos llevados a cabo en México también han empleado el paradigma de la socialización lingüística para estudiar las prácticas lingüísticas que surgen del contacto entre las lenguas indígenas y el español. Toledo Bustamante (2018) reporta que en familias bilingües juchitecas de Zaragoza, Oaxaca, el zapoteco del istmo sigue siendo la lengua preferida de comunicación entre los adultos, incluso con niños mayores tanto dentro como fuera del hogar. Sin embargo, a los bebés y niños pre-lingüísticos se les habla predominantemente en español.
Nava Nava (2017) reporta también que en la región de su estudio (San Isidro Buensuceso, Tlaxcala, México) el alto nivel de bilingüismo náhuatl-español ha conducido una variedad de prácticas de socializacion bilingüe, pero con tendencias a la socialización predominante en español. Esto muestra el desplazamiento del náhuatl como lengua de socialización primaria en el hogar. El autor subraya también que muchos niños están aprendiendo el náhuatl, pero no desde el seno familiar, sino con primos, amigos y vecinos. Lo que muestra la importancia de analizar otras redes de socialización lingüística.
Chi Pech (2016) muestra con el estudio de las interacciones de un grupo de pares de la región maya del centro de Quintana Roo que a pesar de que algunos de los niños estudiados no hablan maya en casa, en el marco del juego emplean, sin embargo, un conjunto de prácticas bilingües maya-español como el cambio de código y préstamos. Otro estudio que contribuye al comprensión de la socialización del maya en la región es el de Dzidz Yam (2020) que describe el desarrollo de la función del habla reportada en el habla infantil de niños de una comunidad maya de Quintana Roo. Lo interesante de este estudio es que la lengua maya es una lengua vital y el español se usa esporádicamente para comunicarse únicamente con gente foránea como los profesores y vendedores ambulantes. Esto muestra que el alcance y los usos del bilingüismo difieren de una comunidad a otra.
Los trabajos presentados destacan que, en contextos bilingües, el español es la lengua de socialización primaria de los padres. Esto muestra la realidad lingüística de muchas comunidades indígenas en donde la regla general de los padres no es transmitirles a los hijos las lenguas indígenas, sino las lenguas mayoritarias como el español, o incluso priorizan el aprendizaje del inglés. Briceño Chel (2012) menciona que en Yucatán, los niños de las comunidades mayas están creciendo, en su mayoría, como monolingües en español y sólo el 2% entre 5-9 años hablan la lengua maya. De la misma forma, Sánchez Arroba (2015) señala que los adultos socializan a los niños en español, y por lo tanto sólo desarrollan un conocimiento pasivo de la lengua maya, mientras que los adolescentes la dejan de hablar cuando ingresan en el sistema educativo.
El paradigma de la socialización lingüística ofrece la posibilidad de un análisis micro sobre los aspectos relacionados a la transmisión intergeneracional de las lenguas indígenas. El estudio de la socialización lingüística de los niños indígenas en contextos de cambio lingüístico ofrece una herramienta útil para entender los procesos desplazamiento lingüístico o de la continuidad intergeneracional (Ochs y Schieffelin, 2010). Este es un tópico que merece mayor atención sobre todo frente a los altos índices de bilingüismo actual.
Reflexiones finales
Este trabajo es una somera revisión de estudios en torno a la situación bilingüe en regiones indígenas mexicanas. Los reportes han señalado el alto porcentaje de bilingües indígenas, sin embargo, al parecer la tendencia será la disminución del bilingüismo como resultado del corte de la transmisión intergeneracional de las lenguas indígenas. Una manera de ejemplificarlo es cuando los padres que en su mayoría manejan dos lenguas (lenguas indígenas y español) están transmitiendo la lengua mayoritaria (español) y no sus lenguas maternas.
Una posible solución para el mantenimiento de las lenguas indígenas sería el mantenimiento del bilingüismo. Esto quiere decir que aprender español no signifique dejar de hablar o transmitir las lenguas indígenas. Para eso habría que investigar el bilingüismo en un nivel micro sociolingüístico que permita entender finamente la variedad de prácticas bilingües en las comunidades indígenas. Los tres ejes centrales que podrían contribuir a una mejor compresión de la situación bilingüe: 1) la socialización lingüística: todas las prácticas relacionadas con la socialización de los niños nos dan pistas de la(s) lengua(s) que se enseña(n) a los niños en cada tipo de familia. Esto incluye las ideologías lingüísticas sobre cómo se aprende cada lengua y por qué se le debe enseñar a los niños; 2) el uso predominante de las lenguas por sectores, partiendo de que el bilingüismo varía dentro de una misma comunidad lingüística, y por lo tanto es importante el estudio de grupos tomando en cuenta los factores sociales (migración, educación, sexo, edad); y 3) el uso de las lenguas en los diferentes dominios socio-comunicativos (cuestiones comunitarias y nacionales).
Finalmente, la mejor comprensión del bilingüismo podría ayuda en los esfuerzos de revitalización, mantenimiento y desarrollo de las lenguas indígenas en un futuro.
Referencias
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