Del alfabeto práctico a la norma de escritura del Tu’un savi.[1] Retos y desafíos

Juan Julián Caballero
CIESAS, Pacífico Sur


Ve’e Tu’un Savi  (Academia de la Lengua Mixteca)

Taller de escritura del tu’un savi. La Humedad, Ixtayutla, Jamiltepec, Oaxaca. Fotografía tomada por Juan Julián Caballero (1993)


Resumen

En el texto se explica brevemente el origen del proyecto respecto al desarrollo de la escritura de la lengua mixteca, mejor conocida entre nosotros los hablantes como Tu’un Savi.[2] Así mismo se explican los procesos seguidos durante más de tres décadas por los propios hablantes, para llegar finalmente a proponer una Norma de Escritura de la lengua, próximo a publicarse por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) y por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI). El proceso ha tenido sus implicaciones a pesar del reconocimiento que México es un país multilingüe y pluricultural expresado en el Artículo 2º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Se anticipa que el lenguaje adoptado en este escrito es inclusivo; es decir, se prefiere expresar en plural, un “nosotros”, porque finalmente es producto de una discusión colectiva.

Breve introducción

Siempre que se aborda el tema sobre la situación lingüística de alguna de las 68 agrupaciones lingüísticas, según los datos del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), no sólo se vuelve un asunto complejo y de difícil explicación, sino que se torna una cuestión de poca importancia y de escasa o nula atención como política pública. Respecto a la propuesta de impulsar el desarrollo de la escritura de alguna de esas lenguas, no pocos estudiosos del tema, sean indígenas o no, consideran que es pérdida de tiempo; por el contrario, quienes por razones académicas se han interesado en participar directa e indirectamente en las discusiones, análisis y propuestas respecto al desarrollo de la escritura de las lenguas originarias, tienden a acompañar durante el proceso.

El texto en cuestión alude dicho proceso por medio del cual los impulsores de la propuesta de la Norma de Escritura iniciaron a discutir, analizar, comentar y reflexionar la importancia de incidir para devolver el valor histórico no solamente de la lengua nativa, sino todo lo que ello conlleva como es el caso de las demás expresiones culturales, el pensamiento histórico y cosmogónico de las comunidades donde aún se aprecia la vitalidad de la lengua originaria.

El proceso de discusión y reflexión no ha sido fácil ni sencillo. Los propios hablantes de la lengua originaria y portadores de la cultura, por la negación de más cinco siglos sus formas de vida propia expresadas en su lengua, ha propiciado pensar distinto y con ello desvalorar toda su cultura. A ello obedece que durante más de tres décadas los impulsores de dicha Norma de Escritura peregrinaran por todo el territorio histórico del Ñuu Savi y fuera de él para sensibilizar y concientizar a la población en su conjunto, para su posible participación en el proyecto. Este texto está dividido en varios apartados para facilitar su comprensión el por qué se empeña en desarrollar la escritura en una lengua que durante mucho tiempo ha sido subestimada y estigmatizada por propios y extraños.

La Mixteca o Ñuu Savi

La Mixteca está ubicada al sur de la República Mexicana. La Mixteca o Ñuu Savi[3] abarca los estados de Puebla, Guerrero y Oaxaca. Su extensión territorial es de 34 804 kilómetros cuadrados (Coplamar, 1978: 1) distribuida en 16 334 kilómetros cuadrados en Oaxaca; 8 021 kilómetros cuadrados en Puebla y 10 449 kilómetros cuadrados en Guerrero. El territorio histórico está dividido en Mixteca Alta, Mixteca Baja y Mixteca de la Costa y abarca un total de 176 municipios: Oaxaca, 156; Guerrero, 13 y Puebla, 10. Esta sería la extensión territorial conocida como la Mixteca.

En la propuesta de la Norma de Escritura se ha tomado en cuenta a quienes se encuentran fuera del territorio histórico: Istmo de Tehuantepec, Oaxaca; Ensenada, Valle de San Quintín, Tijuana, B. C.; Fresno, Santa María y San Diego, California, EE. UU.; los residentes en las ciudades de Puebla, Estado de México, Ciudad de México, Guadalajara, San Luis Potosí, Monterrey y en varias otras ciudades. Y finalmente quienes ya no hablan la lengua originaria de los abuelos, pero que se sienten identificados y orgullosos de la historia, de la lengua y cultura del Ñuu Savi. Es más, se sienten más de la cultura Ñuu Savi que aquellos que hablan la lengua y viven en sus comunidades de origen.

De acuerdo con los datos intercensales de 2015, la población total de hablantes del idioma mixteco (Tu’un Savi) de más de tres años y más son 517 665, de los cuales 242 859 son hombres (46.9 %) y 274 806 son mujeres (53.1 %). De esta población 91 956 sólo hablan lengua indígena (18.1 %) quienes son bilingües porque hablan lengua indígena y español son 414 828 (81.9) y los no especificados son 10 881.[4] Aquí todavía no se precisan los datos de cuántos hablantes de la lengua están fuera del territorio histórico[5] y tampoco hay una precisión sobre los criterios basados para determinar como tales.

Ubicación del Ñuu Savi

Antecedentes de la escritura. El caso del Tu’un Savi.

El desarrollo de la escritura de cualquier lengua que se habla en el mundo ha sido un proceso histórico. La necesidad de registrar algún acontecimiento obligó a los primeros hombres pintar las paredes de las cavernas, marcar los árboles, construir grandes pirámides que hoy se conoce como “zonas arqueológicas”, etc. Dependiendo de cada cultura, unas veces sintetizaron su pensamiento en los documentos conocidos como códices, en los huipiles y otros en los bordados que hoy persisten, tejidos de hilo de lana o de palma; en otros casos, tallaron piedras que hoy se conocen como estelas y están expuestas en los centros ceremoniales en distintas partes del mundo. Estos ejemplos los podemos encontrar en las grandes culturas: los egipcios, los babilonios, los mayas, los incas, los mexicas, los olmecas, entre otros.

Para el caso de la cultura Ñuu Savi o “mixteca”, al igual que otras culturas del mundo mesoamericano, los primeros hombres tuvieron la capacidad de pintar los acontecimientos más importantes, hazañas de sus hombres guerreros o de profundos conocimientos y fueron en pieles de algún animal, en este caso, del venado. De esta forma nos llegan informaciones sobre las historias de vida del honorable Señor Ocho Venado, “Garra de Jaguar” o de la honorable Señora Seis Mono, “Blusa de Serpiente”,[6] ambos personajes históricos reinaron en el vasto territorio Ñuu savi.

Los primeros registros de acontecimientos de personajes históricos que reinaron en las comunidades del Ñuu Savi fueron pintados en pieles de venado u otros materiales por los artistas conocidos como “Huisi Tacu[7] como documenta el Dr. Maarten Jansen de la Universidad de Leiden, Holanda, en su tesis doctoral o un “Tlacuilo”, como lo nombran los nahuas del centro de México. Los códices a los que se hace referencia en este documento son los que citan el doctor Maarten Jansen y la maestra Gabina Aurora Pérez Jiménez en su texto “Historia, literatura e ldeología de Ñuu Dzahui; el Códice de Añute y su contexto Histórico-Cultural”[8] y son los siguientes:

  1. El “Códice Vindobonensis Mexicanus I”, se propone llamarlo “Códice Yuta Tnoho” por el nombre de Santiago Apoala en tu’un savi. El original se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria en Viena. Este documento, en el anverso contiene un parangón sobre el origen de los señoríos del Ñuu Savi, que nacieron del árbol sagrado de Apoala. En el reverso contiene una lista de los miembros de la dinastía de Tilantongo o Ñuu Tnoo.
  2. El Códice Nuttall o Tonindeye” se encuentra en Londres, Inglaterra. Un lado contiene la biografía del Venerable y Gran Señor 8 Venado, “Garra de Jaguar”, un personaje histórico de gran importancia y en el otro, una compilación de historias de linajes de diferentes señoríos y la relación entre Teozacoalco (Mixteca Alta) y el señorío Beni Zaa de Zaachila.
  3. El Códice Colombino o Códice Iya Nacuaa I y II como prefieren llamarlo Jansen y Pérez, es un documento que procede de Tututepec, una comunidad Ñuu Savi de la costa, un señorío de la costa oaxaqueña. Una parte de este códice se encuentra en el Museo Nacional de Antropología de México Códice Colombino-Becker y la parte en el Museo Nacional de Etnología en Viena Códice Colombino-Becker I. En este códice señala la otra versión de la vida y hazaña del gran Señor 8 Venado “Garra de Jaguar”.
  4. El Códice Bodley o “Códice Qhcuaa” narra la historia genealógica de la dinastía de Tilantongo y de Tlaxiaco, por ello Jansen y Pérez prefieren llamarlo “Códice Ñuu Tnoo Ndisi Nuu” por su contenido. El original se encuentra en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, Inglaterra.
  5. En el Becker II, conocido como “Códice Cochi”, aparece dibujado el Señor 3 Viento, es muy probable que proceda de la Mixteca Baja. Es lo único que se sabe de este documento y el original se encuentra en Viena, Austria.
  6. El Códice Sánchez Solís, conocido también como “Códice Ñuu Ñaña”. Se encuentra en el Museo Británico y se le conoce como “Códice Egerton”. En este documento se narra la dinastía del señorío del “Lugar del Jaguar” y que hoy es la comunidad Ñuu Savi de Santa María Cuyotepeji.
  7. El Códice Selden o “Códice Añute” se encuentra en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, Inglaterra. Contiene una serie de escenas históricas importantes, pero la más sobresaliente es la historia de vida de una gran mujer conocida como la Señora 6 Mono, “Blusa de Serpiente” y después como la Señora 6 Mono “Blusa de Guerra”.

Los códices fueron pintados en la época pre-colonial en piel de venado básicamente; sin embargo, existen innumerables textos producidos durante la época de la Colonia en papel americano y en papel amate como el famoso Mapa de Teozacoalco. Existen evidencias que durante la época de la Colonia se logró redactar innumerables textos en distintas variantes de Tu’un Savi con caracteres latinos y se encuentran en archivos parroquiales o en el mejor de los casos, en los archivos históricos como el caso de Teposcolula y Tlaxiaco. Otros escritos en Tu’un Savi que conocemos con caracteres latinos fueron redactados por los primeros frailes que llegaron a vivir en el Ñuu Savi en los inicios del siglo XVI: Francisco de Alvarado y Antonio de los Reyes, vicarios dominicos de Tamazulapan del Progeso (hoy pertenece al Distrito Judicial de Teposcolula, Oax.). El primero de ellos escribió el Vocabulario en Lengua Misteca y el segundo redactó Arte en Lengua Mixteca, ambos publicados en 1593.[9]

En la misma época y en fechas posteriores, quienes fungieron como escribanos en la estructura del gobierno virreinal en Ñuu Savi; redactaron en la lengua nativa diversos documentos de contenido religioso que aún se encuentran en los archivos parroquiales y municipales de algunas comunidades, sobre todo, los nombres de los parajes que servían de linderos en la nueva posesión de la tierra de las comunidades conocidas como Repúblicas de Indios. Así contamos con nombres de los linderos como Itnu Ndodo Ñee, Yuve’e Tniaku, Ndeyoo, Yukundudi, Tɨdoko, Nduve Yaya, Yute Ndu’u, etc. Los escritos fueron siempre en papel amate o en tela y en paleografía.

En épocas más recientes que va de mediados de la década de los años treinta del siglo XX, se escribieron otros textos en Tu’un Savi por los religiosos del Instituto Lingüístico de Verano (ILV);[10] otros textos fueron redactados por el personal del Instituto Nacional Indigenista (INI) y los primeros promotores culturales bilingües, y finalmente la escasísima producción del profesorado bilingüe de la Dirección General de Educación Indígena. Los alfabetos utilizados en la redacción de dichos textos fueron propuestos por particulares de cada comunidad. Además, como son propuestas de alguien que no conoce lo suficiente de la lengua o, en su caso, nunca participaron para proponer un solo sistema de escritura, los sonidos del habla fueron registrados y representados a su conveniencia.

A pesar de la existencia de incontables textos, que van desde los cuentos hasta las gramáticas, redactados por los lingüistas y técnicos del ILV, no son conocidos por la mayoría de los hablantes del Tu’un Savi, además de la dificultad para leerlos por el tipo de alfabeto empleado para ello y porque están en los archivos particulares de quienes los redactaron.

Los estudios en Tu’un Savi a cargo del personal mencionado del ILV de 1951 a 1983, así como de otros estudiosos[11] referidos a la cultura del Ñuu Savi. Tanto técnicos como protestantes se ubicaron para estudiar Tu’un Savi en las comunidades de Ñuu Savi. Durante su estancia se logró evangelizar a algunos nativos que sirvieron de informantes para la escritura del Tu’un Savi. Hasta esta fecha, continúan operando en algunas comunidades tanto de Oaxaca como Guerrero y Puebla.[12]

Durante más de tres décadas se han escrito en Tu’un Savi textos clasificados en: a) 72 Estudios técnicos por Lingüistas: Grámatica mixteca de Atlaltahuca (Ruth María Alexander); “La palabra fonológica en la ortografía práctica en lengua mixteca”, Ponencia presentada duran el Tercer Encuentro de Escritores en Lengua Mixteca. Huajuapan de León, Oaxaca en 1994 (John Daly); “El papel del tono en la sintaxis del idioma mixteco”. Ponencia presentada duran el Tercer Encuentro de Escritores en Lengua Mixteca. Huajuapan de León, Oaxaca, 1994 (Elena E. de Hollenbach); Estudios lingüísticos en lenguas otomangues (Colección Científica núm. 68 de Nicholas A. Hopkins y J. Kathryn Josserand, 1979); “El desarrollo de las lenguas mixtecas. Materias para el estudio de las lenguas”. Ponencia presentada durante el Tercer Encuentro de Escritores en Lengua Mixteca, organizado en Huajuapan de León, Oaxaca, 1994. Kathryn Josserand), y Sintaxis, del Instituto Lingüístico de Verano, México,1986, entre otros estudios. Además, se han redactado 85 escritos por los mismos lingüistas y nativos entrenados en la escritura de Tu’un Savi y 102 composiciones escritas por hablantes nativos.

Los textos escritos por otros profesionales sobre el Ñuu Savi, son los siguientes:

  • Códice Ñuu Tnoo = lado reverso del Códice Vindobonensis Mexicanus I (1974). Edición con introducción de Otto Adelhofer, Adeva, Graz. Véase también Anders, Jansen y Pérez, 1992a.
  • Códice Ñuu Tnoo = lado anverso del Códice Vindobonensis Mexicanus I (1974), edición con introducción de Otto Adelhofer, ADEVA, Graz. Véase también Anders & Jansen & Pérez, 1992a.
  • Códice Sicuañe = Códice Selden. Véase Caso, 1964.
  • Códice Tonindeye = Códice (Zouche-) Nuttall, (1987). Edición con introducción de Ferdinando Anders y Nancy Torike, ADEVA, Graz. Véase también Anders, Jansen y Pérez, 1992b.
  • CASO, Alfonso. Reyes y reinos de la mixteca. Diccionario bibliográfico de los señores mixtecos, tomos I y II, FCE. México, 1979.
  • JANSEN, Maarten y Gabina Aurora Pérez Jiménez. DINASTÍA DE AÑUTE. HISTORIA, LITERATURA E IDEOLOGÍA DE UN REINO MIXTECO. Universidad de Leiden, Holanda, 2000.
  • ROMERO Frizzi, María de los Ángeles (comp.), (2003), Escribir para dos mundos. Testimonios y experiencias de los escritores mixtecos, Oaxaca, IEEPO-Gobierno del Estado de Oaxaca.
  • SMITH Stark, Thomas C. (abril de 1994), El estado actual de los estudios de las lenguas mixtecanas y zapotecanas, (mecanuscrito).

Origen de la propuesta de normalizar la escritura

A finales de los años setenta (1979), se implementó un Programa Profesional en México denominado Programa de Formación Profesional de Etnolingüística, diseñado y dirigido básicamente a profesores bilingües y jóvenes de seis lenguas indígenas con mayor número de hablantes de aquel entonces. Quienes aceptamos ser convocados como alumnos de este programa y por ser hablantes de Tu’un Savi fuimos doce y solamente aceptamos participar en el Programa como estudiantes seis. Durante el desarrollo de los talleres de análisis lingüístico conducidos por dos eminentes Lingüistas[13] y con ellos se generó la inquietante idea de formular una “Propuesta de Ortografía Práctica del Idioma Mixteco (1980)”[14] para abordar la escritura en esta lengua.

Durante las sesiones en que se analizaba y se discutía el futuro de las actividades no solamente respecto a la lengua mixteca, sino otras expresiones culturales, se planteó que con la formación profesional que estábamos teniendo, sería la base para formular la idea de una planeación lingüística. Si bien es cierto que el primer ensayo constituyó académicamente un acercamiento a la lengua del Ñuu Savi y que más tarde se traduciría en responsabilidad como hablantes de Tu’un Savi. Paralelo a esta temprana inquietud, otros estudios daban cuenta que otros hablantes del idioma nativo de Ñuu Savi estaban interesados en contribuir para el registro de los conocimientos de los ancianos de nuestras comunidades[15]. Con el paso del tiempo, los maestros bilingües se sumaron a la tarea de escribir en Tu’un Savi y que entonces eran comisionados por la institución educativa para la formulación de textos de lectura en esta lengua y fueron Antolín Osorio Nicolás, Juventino Osorio Nicolás, Gabina Reyes Bautista, entre otros.

Una vez egresados los seis nuevos profesionales como Etnolingüistas en 1982, por la naturaleza de nuestra relación laboral con la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) de la Secretaría de Educación Pública (SEP), muy pronto fuimos ubicados en la Mixteca alta de Tlaxiaco, Oaxaca para encargarnos de algunos proyectos educativos y lingüísticos; sin embargo, se exigía un trabajo más cuantitativo que cualitativo. A ello se debe que muy pronto nos dispersó la institución para cumplir otras funciones ajenas a nuestra formación profesional.[16]

Con base a esta primera experiencia de acercarnos a abordar la necesidad de proponer un sistema de escritura de esta lengua originaria, en noviembre de 1983, en las instalaciones del Centro Coordinador Indigenista de la Mixteca alta (CCIMA) de Tlaxiaco, Oax., se organizó una reunión para discutir, analizar y proponer un Alfabeto Práctico de la “lengua mixteca” y para ello, se llegó a contar con distintas propuestas, entre ellas los escritos de los Frailes Francisco de Alvarado y Antonio de los Reyes, las del Instituto Lingüístico de Verano (ILV), las del del mismo Instituto Nacional Indigenista (INI), del Programa Radiofónico, de la DGEI, de los propios Etnolingüistas y otras propuestas particulares. Se logró que de esta primera reunión formal se analizara y se propusiera qué grafías habría que adoptar para la escritura en Tu’un Savi.

Hasta entonces se conocía poco que otras hermanas y otros hermanos estaban escribiendo de manera particular algunos textos en Tu’un Savi y que aún lo siguen haciendo. Además de la evidencia de lo que se escribió durante los siglos XVII, XVIII y XIX por personas ajenas de las comunidades del Ñuu Savi, y que se encuentran en los archivos eclesiásticos de dichas comunidades (Peñoles, Huitepec, Tilantongo, Apoala, Tidaá, Tlaxiaco, Teposcolula y otras).

A partir de identificar quiénes estaban desarrollando sus escritos en Tu’un Savi, con ellos se inició a pensar que el proyecto para la revitalización y desarrollo de la escritura del Tu’un Savi tenía que comenzar con ellos precisamente[17]. Alrededor de este grupo reducido de escritores en Tu’un Savi se inició el prolongado camino para tejer intereses que paulatinamente se ha ido configurando lo que hoy se conoce con el nombre de Ve’e Tu’un Savi, A. C., Colegio de la Lengua Mixteca y Comité de Desarrollo Lingüístico. Así fue que en las últimas dos décadas del siglo pasado se comenzó a organizar diversas actividades relacionadas con el desarrollo de la escritura de la lengua nativa.

Organización de talleres de escritura, Diplomados y Congresos del Tu’un Savi.

Los primeros esfuerzos comenzaron a formalizarse alrededor del Centro de Investigación y Difusión “Ñuu Savi”, A. C., creado en la población de Nochixtlán, Oax. en 1990, espacio que paulatinamente fue estableciendo las condiciones no sólo para la discusión, análisis y propuestas de temas sobre la cultura, sino la organización de talleres de desarrollo de la escritura del Tu’un Savi, tendientes a conformar la ortografía práctica unificada de la lengua, discutiendo y proponiendo junto con los hablantes de la lengua. Durante el desarrollo de más de un centenar de talleres de escritura de la lengua y la organización de seis encuentros de escritores de la misma lengua,[18] como resultado de ello, se ha logrado constituir Ve’e Tu’un Savi, A. C. “Academia de la Lengua Mixteca”[19] a fines de marzo de 1997, en el marco del Sexto Encuentro de Escritores en Lengua Mixteca en la ciudad de Tlaxiaco, Oaxaca.

En las prolongadas discusiones se ha reconocido y respetado que en cada comunidad difiere la variante dialectal de Tu’un Savi que se habla y que los estudiosos de la lingüística, que no hablan las lenguas originarias señalan como otros idiomas. Sin embargo, quienes somos nativo-hablantes consideramos esta afirmación como una mera justificación para que propios y extraños no hagan nada con respecto al desarrollo de la escritura de su lengua. Haciendo caso omiso las actitudes negativas de no pocos nativos, se continuó el empeño de sumar esfuerzos, invitando a hablantes de la nación histórica y fuera de ella para difundir la necesidad de poner por escrito los conocimientos de nuestros abuelos y de nuestros padres, antes de la inminente desaparición de éstos.[20]

Quienes hemos logrado compartir la necesidad de registrar nuestros pensamientos en Tu’un Savi, resulta relevante compartir la siguiente reflexión: ¿Qué buscamos con este tipo de actividades que tiene un carácter de reivindicación de un pueblo milenario cuando las políticas mundiales de globalización de la economía nos están estrangulando cada vez más?, ¿es posible hablar del desarrollo de nuestra lengua y de nuestra cultura cuando no contamos con las condiciones de conciencia lingüística y cultural, y ni económicas para ello? A estas alturas del tiempo, tanto Ve’e Tu’un Savi, A. C. como el Centro de investigación y Difusión “Ñuu Savi”, A. C. (CID-ÑUU SAVI), Comité de Desarrollo Lingüístico de Guerrero, Colegio de la Lengua Mixteca, A. C. y el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB), constituyen apenas un espacio limitado de reflexión de quienes desean contribuir para devolverle la imagen a este territorio milenario, además de constituir una excelente oportunidad para discutir, analizar y revitalizar nuestra identidad por encima de la diversidad lingüística y la riqueza de nuestras expresiones culturales e históricas, de nuestra raquítica economía y el fenómeno migratorio de nuestros hermanos.

Taller de escritura y lectura del tu’un savi. San Juan Teita, Tlaxiaco, Oaxaca.
Foto: Juan Julián Caballero (2005)

En consideración de la anterior explicación, tanto Ve’e Tu’un Savi, A. C., como el Comité de Desarrollo Lingüístico del Estado de Guerrero, constituyen un espacio de reflexión, de reencuentro entre quienes hablamos una lengua que cuenta con un origen común, que poseemos una historia común y una identidad propia y también constituye el parteaguas cuyos fundadores de los referidos espacios tienen diferentes orígenes profesionales: Unos proceden del Programa de Formación Profesional de Etnolingüistas y otros con estudios de Lingüística ofrecidos por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), etc., tanto bilingües como no bilingües. Se desea destacar que la orientación teórica del Programa de Etnolingüística contribuyó de alguna forma para propiciar el cambio de actitud de los seis jóvenes de Ñuu Savi, participantes como alumnos de dicho Programa[21].

Los resultados que se aprecian hasta ahora (2021), el avance es muy poco si nos quedamos a nivel cuantitativo; existen muy pocas producciones que tienen que ver con la literatura del Ñuu Savi y muy poca difusión sobre la importancia que esto representa en términos legales. Sin embargo, durante más de tres décadas que se ha intensificado el esfuerzo de incidir en la valoración de nuestra identidad a partir de la lengua, expresiones culturales, nuestra cosmovisión y nuestras historias, podemos observar que más hablantes de la lengua nativa han valorado lo que ello significa, se ha intensificado el propósito de defender nuestra unidad lingüística, unidad cultural e histórica como pueblo milenario, el Ñuu Savi (Ñuu Kuatyi, Nsio’o y Nunduva); se ha incrementado el esfuerzo de no pocos extraños y propios de querer aprender la lengua de nuestros abuelos. Existen leyes que reconocen la riqueza de los distintos pueblos originarios y esto ha sido posible porque algunos de los promotores del Ñuu Savi han participado a nivel regional, estatal y nacional en las discusiones, junto con otros colegas de otras culturas.

Propuesta de Norma de Escritura del Tu’un Savi y su justificación

A partir de la propuesta del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) de que las lenguas indígenas deben contar su norma de escritura, así como la incorporación de más hermanos hablantes del Tu’un Savi del estado de Guerrero, los hablantes del Tu’un Savi interesados de contar con ese documento y por contar antecedentes de cerca de tres décadas sobre el ejercicio de desarrollar su escritura por medio de talleres, diplomados y congresos, se comenzó a analizar y discutir esta necesidad de poner por escrito los conocimientos milenarios y considerando la diversidad de variantes lingüísticas,[22] se acogió la idea como una forma de mantener nuestra identidad como herederos de los personajes históricos como Ocho Venado, “Garra de Jaguar” o de la venerable señora Seis Mono, “Quechquemitl de Serpiente”, quienes gobernaron en la vasta región del Ñuu Savi, mucho antes de la colonización española.

Es necesario reconocer que cuando se plantea la normalización lingüística de alguna lengua que ha sido marginada y discriminada como Tu’un Savi, se entiende que es el proceso deliberado para influir sobre el comportamiento de los hablantes de esta lengua respecto a la adquisición, conocimiento y funcionalidad de dicha lengua. Además, se deben tomar en cuenta las distintas posiciones de los propios hablantes sobre el uso de su idioma en los distintos ámbitos de la vida cotidiana.[23]

Durante el proceso de planeación lingüística, concretamente respecto a la escritura, también se han discutido y considerando los temas que tienen que ver con la estructura gramatical de la lengua y sus características específicas como:

  1. Fonología.[24] Consonantes: oclusivas, nasales, fricativas, líquidas, aproximantes, combinación consonántica y mixtas; las vocales: abierta posterior no redondeada, semiabierta anterior no redondeada, semicerrada anterior no redondeada, cerrada anterior no redondeada, etc. También las vocales modificadas: alargadas, nasales y glotales.
  2. Los tonos de la lengua escrita y su función gramatical, debe de tener un tratamiento especial.
  3. Morfología.[25] Los morfemas de este idioma son: causativos, reiterativos, verbalizadores y convertidores, que en algunos de los verbos aparecen como prefijos.
  4. Categorías gramaticales: verbos, sustantivos, pronombres, adjetivos, adverbios, números, género, clases de partículas, palabras compuestas, etc.
  5. Sintaxis.[26] Orden de palabras, tópico (enfatizador).
  6. Vocabulario, entre otros temas.

La propuesta de reconocer oficialmente la vitalidad lingüística en las regiones indígenas y el uso de las distintas lenguas debe darse en los espacios públicos: nombres de calles, nombres de establecimientos comerciales, productos comerciales, nombres de las comunidades y de los parajes, nombres de las ciudades, los distintos destinos de los autobuses, nombres de quienes nacen (los niños), etc. Sin embargo, la normalización lingüística de cada lengua originaria que se habla todavía por miles de personas apenas inicia y se ha intensificada su propuesta a partir de la existencia del INALI, como institución encargada de velar por la preservación, mantenimiento y desarrollo de las lenguas originarias.

Existe también una preocupación latente debido a la situación en que viven los propios hablantes porque sus culturas, sus lenguas y sus tradiciones se vuelven más minoritarias y esto debilita a medida que la globalización las sitúa dentro de un contexto mucho más amplio. Este es el riesgo que nos depara para el caso que nos ocupa. La globalización constituye uno de los factores de mucho riesgo cuando no estamos preparados para asumir la responsabilidad de defender lo que queda de nuestras culturas y de nuestras lenguas originarias.[27]

La mayoría de los estudiosos sobre la situación lingüística, sociolingüística y antropología social coinciden que nuestras lenguas maternas (las indígenas) representan el sello más importante de nuestra identidad; mucho más importante que la cultura misma ya que aquellas codifican nuestra realidad y la percepción del mundo que poseen los hablantes. Los mismos estudiosos sobre las lenguas amenazadas afirman que: La extinción de una lengua resulta en la pérdida irrecuperable del conocimiento cultural, ecológico e histórico único, porque cada lengua es la expresión viva de una experiencia humana única. Así, el conocimiento de una sola lengua puede ser la clave para resolver diversos problemas del futuro de la humanidad.

En otras palabras, la lengua que codifica una realidad, es una forma única y estrechamente unida al medio donde se desarrolla porque:

Una lengua foránea, al proceder del mismo ecosistema, orografía, clima, historia, etc., no puede describir la realidad con la misma eficacia que la del lugar, no puede explicar con la misma precisión los sentimientos del pueblo nativo y la expresión de sus ideas de la misma forma que la lengua con la que ellos y sus ancestros codificaron su mundo, de ahí que las lenguas impuestas por las culturas dominantes como el castellano, inglés, portugués o el francés siempre acaban adaptándose y separándose de la variedad original. Los significados de los topónimos pierden su sentido cuando la nueva lengua los cambia a sus reglas fonológicas o morfológicas. Los nombres de las plantas indicativos de sus propiedades curativas, origen u otro detalle desaparece en un nombre impuesto que elimina ese conocimiento; las historias sagradas del lugar desaparecen cuando la nueva lengua no pone nombres o conceptos, deidades o sentimientos que no conoce y que acaban desapareciendo por desuso y así, toda riqueza que englobaba esa lengua se pierde, o bien se interpreta desde otra lógica.[28]

La anterior explicación alude el caso de las historias sagradas de nuestras comunidades del Ñuu Savi cuando, desde la otra visión cultural, se consideran que son mitos, creencias, leyendas, etc., y quienes practican esos conocimientos son “curanderos, “brujos”, “idólatras” y que el paradigma de la ciencia occidental no los reconoce como conocimientos construidos bajo otra visión y en otros contextos.

Es por ello, que solemos realizar esta pregunta: ¿Qué significa revitalizar o promover el mantenimiento de una lengua desde la cosmovisión propia?,

Durante cientos de años, como el caso de las lenguas indígenas mexicanas, además de no prestarles la debida atención por considerarlas minoritarias, se creían obstáculos para el desarrollo del país. Por ello, los distintos regímenes de gobierno han impulsado una política de homogeneización cultural y lingüística en aras de construir la unidad nacional, prejuicios que provocaron entre los propios hablantes para desvalorar sus culturas y sus lenguas nativas. Actitudes de deslealtad lingüística que no han contribuido en nada a recuperar y mantener la práctica de dichas lenguas nativas como medio de comunicación en la vida cotidiana. Muy por el contrario, se ha pensado que estas lenguas originarias constituyen un obstáculo para aprender otros idiomas y los conocimientos que llegan de fuera. Sin embargo, durante las últimas tres décadas se ha impulsado recuperar los espacios de uso de las lenguas originarias mediante campañas emprendidas, muchas veces por los propios hablantes, y en otros, mediante acciones educativas, al menos, en términos declarativos para el caso de educación indígena. Algunas otras interrogantes que contextualizan nuestra preocupación son las que a continuación se enumeran:

  • ¿Qué interés nos ha llevado a desarrollar la escritura de nuestras lenguas nativas que se han mantenido a nivel oral durante mucho tiempo y que aparentemente no tienen ningún futuro?
  • ¿Por dónde habría que comenzar a normalizar la escritura de nuestras lenguas, como la del Tu’un Savi?[29]
  • ¿Con quiénes habremos de iniciar la ardua tarea de proponer una norma de escritura, cuando la mayoría de los hablantes piensan que su lengua no tiene ninguna utilidad?
  • ¿En qué espacios debe desarrollarse la escritura?
  • ¿Quiénes deben desarrollar la escritura?
  • ¿Quiénes deben sentirse obligados a impulsar la escritura de la lengua nativa?
  • ¿Qué se necesita para lo que implica escribir en una lengua que aún se mantiene a nivel de expresión oral?
  • ¿Qué hacer cuando existen muchas variantes, como es el caso del idioma mixteco o Tu’un Savi?
  • ¿Qué implica normar la escritura de una lengua altamente estigmatizada, discriminada y subordinada?
  • ¿Las instituciones que existen para atender las lenguas indígenas como el INALI, lo podrán realizar y con quiénes?

Las preguntas que se han formulado no tienen una sola respuesta adecuada ni precisa, ya que son factores que inciden desde fuera de nuestras manifestaciones culturales y de nuestra lengua, a ello obedece que se observe indiferencia entre los propios hablantes y portadoras de las culturas milenarias. Pretender ofrecer una respuesta con acciones a cada una de las preguntas planteadas exige contar con una formación especializada y un compromiso con nuestra propia identidad cultural.

Antes del decreto sobre la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas de 2003 (LGDLPI) y la existencia del INALI, a partir de 2005, desde 1990 se venía discutiendo y proponiendo la necesidad de desarrollar la escritura del Tu’un Savi que se habla en Oaxaca, Guerrero y Puebla; para ello se crearonlos primeros movimientos de las organizaciones indígenas para impulsar la revaloración de las lenguas y las culturas nativas. Hoy, con la incorporación más decidida de los hermanos hablantes del Tu’un Savi de Puebla y Guerrero en el análisis y discusiones, podemos contar con distintos niveles de avance en el desarrollo de la escritura de nuestra lengua, que va desde la propuesta de un sistema ortográfico de escritura, hasta la redacción de algunos textos literarios, fundamentalmente.[30]

Tanto el decreto de la LGDLPI como la creación del INALI no ha sido por la buena voluntad del gobierno mexicano de reconocer la diversidad cultural y lingüística de nuestro país, sino que han sido exigencias de los pueblos indígenas a través de sus organizaciones desde la década de los años setenta del siglo XX. Desde entonces se venía planteando el reconocimiento oficial de las lenguas nativas. Lo que hay que reconocer es el marco legal que, en teoría, debe favorecer la aplicación de una política lingüística contraria a la que se venía aplicando a comienzos de los años veinte del siglo XX. En la misma Carta Magna de 2001, con la modificación del Artículo 2º se reconoce la diversidad cultural y lingüística del país mexicano y con ello las lenguas indígenas son lenguas nacionales por su origen histórico, al igual que el español.[31]

Oaxaca, Guerrero y Puebla son Estados donde no solamente se aprecia la diversidad de lenguas y culturas, sino que se consideran particularmente especiales en muchos sentidos. La existencia de propuestas de reconocimiento a la diversidad cultural y lingüística, no ha sido casual en estos pueblos originarios; a través de las organizaciones se ha comenzado a discutir la necesidad de proponer un sistema ortográfico de las lenguas originarias, que por cierto son eminentemente orales ahora, aunque algunas tuvieron sus propios sistemas de escritura en la época precolonial[32] y que se conocen actualmente como Códices y Lienzos, para el caso del Ñuu Savi.

Cuando se aborda el tema de la normalización lingüística, de inmediato pensamos, que quienes por procesos históricos hablamos variantes de una misma lengua, hay que iniciar a hablar de la misma forma; entonces con mucha frecuencia se confunde entre la propuesta de un sistema de escritura y la uniformidad del habla. Un ejemplo de ello podríamos mencionar las diversas maneras de nombrar a la lluvia en Tu’un Savi: Savi, Sau, Dawi, Davi, Dau, Zavi, Javi, Lavi y Nda’vi. La forma más extendida para nombrar a la lluvia es Savi, no con ello significa que todos debamos nombrar a la lluvia como Savi, sino que se mantengan las formas de habla de cada variante lingüística. Lo que interesa ahora es sistematizar la norma de escritura.

Transitar de la oralidad a la forma escrita de una lengua que se ha mantenido en la oralidad y estigmatizada por la misma sociedad, se piensa todavía por propios y extraños como una propuesta irrealizable y utópica; sin embargo, quienes nos aventuramos a pensar en el desarrollo de la escritura del Tu’un Savi desde hace más de tres décadas, ni siquiera nos detuvimos a reflexionar que este ejercicio pudiera representar un verdadero reto y desafío, no solamente para los nativo-hablantes, sino para la política de Planeación Lingüística del INALI que hoy le corresponde la responsabilidad de ofrecer atención a las 68 agrupaciones lingüísticas, reconocidas como lenguas nacionales.

Otras preguntas que solemos formular los interesados en que se escriba nuestra lengua son: ¿Qué hay que hacer para revertir el proceso de extinción de nuestras lenguas por la política de castellanización impulsada por los distintos regímenes de gobierno, tiempo en el cual se ha negado la diversidad cultural y lingüística de nuestro país como una riqueza?, ¿lo podrá realizar sola la institución creada recientemente, el INALI, a través de una Ley que respalda esta política lingüística en nuestro país? y ¿qué debe plantear esta institución para revertir el proceso? Las respuestas que podríamos ofrecer desde la sociedad civil es que es necesario considerar que las lenguas originarias no son de exclusividad de las instituciones, sino de todos, hablemos o no alguna lengua originaria, y como tal, a todos nos corresponde participar, porque mientras algunos sostenemos que es necesario involucrarnos, otros, incluyendo a los propios hablantes, piensan que es asunto de especialistas y que evidentemente, tanto la cultura como la lengua ya no representan un futuro para las generaciones jóvenes; a ello obedece que muchos padres de familia, actualmente exigen que sus hijos aprendan mejor el español o el inglés y no las lenguas originarias en las escuelas, llámense escuelas bilingües o primarias generales. ¿Qué hacer entonces? Para el caso del Tu’un Savi, a pesar de ser una lengua con un buen número de hablantes, es una lengua en proceso de extinción acelerada, debido a que se continúa considerando como un obstáculo para el desarrollo del país y eso se ha internalizado en el pensamiento de quienes hablan todavía esta histórica lengua.

Las formas contradictorias de pensar y tratar a la lengua y cultura Ñuu Savi emergen cuando se plantea, por un lado, ya sea como política lingüística o como propuestas de los propios hablantes de generar estrategias en favor de la revitalización, preservación, mantenimiento y desarrollo de la escritura; y por el otro, existen actitudes de propios y extraños, que lejos de impulsar la valoración de lo que queda de la cultura y la lengua, lo obstaculizan.

Cuando se trata de documentar los conocimientos de la cultura, el panorama se vuelve más complejo, debido a que hay que considerar, entre otras cosas, lo siguiente: ¿Por dónde iniciar?, ¿con qué alfabeto?, ¿pensar en un sistema de escritura para toda la lengua o de cada variante?, ¿identificar con quiénes iniciar a plantear la propuesta?, ¿cuál sería la utilidad de esta propuesta?, ¿pensar solamente la lengua o también la cultura, la historia, la salud y la educación? Son preguntas que evidentemente no han tenido respuestas satisfactorias y con la prontitud deseada de todos.

La “Norma de Escritura del Tu’un Savi (idioma mixteco)” busca impulsar, entonces, para que la lengua, largamente ignorada y estigmatizada, recobre su valor y propicie que tanto adultos como jóvenes y niños registren en esta lengua sus conocimientos que todavía se guarda en la memoria, largamente dormida. Así mismo, se propone que las instituciones educativas de todos los niveles consideren al Tu’un Savi como una materia de conocimiento comparable con otras lenguas como el español, inglés, portugués o italiano.

Conclusiones

El proceso a través del cual se ha propuesto poner por escrito los conocimientos de ancianos del pueblo histórico Ñuu Savi, no ha sido fácil aglutinar intereses de quienes son hablantes y no hablantes del Tu’un Savi para analizar, discutir y proponer algunas acciones que conduzcan a fortalecer la identidad a través de la lengua originaria y las expresiones culturales reflejadas en nuestra vida cotidiana; sin embargo, cuando existe voluntad y persistencia de un pequeño grupo de interesados en hacer algo para fortalecer la identidad primigenia y comprometido con sus acciones, nada es imposible.

Quienes tuvimos la oportunidad de iniciar esta aventura, aun cuando no nos hemos detenido a revisar y evaluar los objetivos por los cuales se emprendió esta hazaña y de esa forma valorar los avances y retrocesos, nuestra apreciación ha sido que más hablantes y no hablantes están convencidos de realizar algunas acciones en favor de la lengua y de las formas culturales de cómo se vive en el Ñuu Savi.[33]

A más de tres décadas de distancia de cuando convocamos a las primeras reuniones focalizadas en el estado de Oaxaca, hoy vemos con entusiasmo que por consenso planteamos luchar por fortalecer la unidad lingüística, la unidad cultural, la unidad histórica y la unidad territorial: Oaxaca, Puebla y Guerrero (Ñuu Nunduva, Ñuu Ntsio’o y Ñuu Kuaty). Además, se ha planteado incluir Tu’un Savi como contenido escolar, tal como se tratan otras lenguas: español, inglés, francés, italiano, etc. Además de otros proyectos que tienen que ver con los arcaísmos y neologismos.

Finalmente se anticipa que con la Norma de Escritura del Tu’un Savi no culmina el proceso. A partir de la oficialización del documento inicia una nueva etapa para impulsar porque más interesados comiencen a conocer la lengua nativa y a desarrollar la literatura en esta lengua, además de otros estudios sobre diversos temas culturales, históricos, económicos, salud y lingüísticos.

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  1. Tu’un Savi es el nombre de la lengua nativa y significa “palabra o lengua de la lluvia” (Tu’un = lengua o palabra, Savi = lluvia); el nombre del pueblo es “Ñuu savi” y significa “pueblo de la lluvia” (Ñuu = pueblo o comunidad y Savi = lluvia). El concepto “mixteco” o “mixteca” son palabras de origen de la lengua náhuatl que se impuso durante la época de la Colonia y se continúa expresando por propios y extraños de nuestra cultura. Los impulsores proponemos recuperar el sentido propio de nuestra cultura cuándo se alude a la lengua y cuándo se refiere al pueblo histórico. Ver nota 29 sobre por qué escribir el nombre de esta lengua y su cultura con inicial alta (N. del E.).
  2. Durante los últimos talleres de discusión sobre la Norma de Escritura del Tu’un Savi, por consenso de quienes hemos participado, se determinó registrar con mayúsculas los nombres y conceptos importantes que se manejan en la lengua; es decir, son como nombres propios, como los criterios para la cultura occidental.
  3. En la misma región se encuentran otras culturas y se hablan otras lenguas: el triqui, el amuzgo, el chocholteco, el ixcateco y el náhuatl, lo cual se considera como un espacio multicultural y plurilingüe.
  4. Fuente: Estimación del INALI con base en los datos de la Encuesta Intercensal del INEGI 2015. Sin embargo, en la revista Proceso del domingo 13 de enero de 2019, se reporta un número distinto de quienes hablan Tu’un Savi de más de tres años, son 517 993 (Proceso núm. 2202, 2019, p 69.
  5. Si en el Censo de 1990 se reportaron 476, 976 hablantes del Tu’un Savi (Smith, 1993:5), para el Censo del 2000 aumentó considerablemente la población hablante de este idioma. La pregunta que nos hacemos es ¿a qué obedecen estos datos? Una posible interpretación es la impugnación por la celebración de los cinco siglos de colonización por el gobierno español en 1992 y la demanda del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994 (EZLN), acontecimientos que han contribuido a tomar conciencia de la realidad mexicana.
  6. Es necesario mencionar que no fueron los únicos personajes históricos que tuvieron una participación activa en la conformación de lo que hoy es la Mixteca o Ñuu Savi como preferimos nombrar, sino fueron muchos, según la lectura de los códices.
  7. Según Maarten Jansen, “‘Huisi Tacu’, es un término antiguo de la lengua mixteca, que fue registrado por el monje español Antonio de los Reyes en su gramática mixteca de 1593. Huisi se traduce como ‘arte’ u ‘oficio’, ‘tacu’ como ‘pintar’ o ‘escribir’ y el término completo, huisi tacu, se refiere a la actividad de los autores de los manuscritos pictográficos o códices en el México prehispánico”. Es el título que lleva su tesis doctoral en la Universidad de Leiden, Holanda, 1952, p. 3.
  8. Jansen Maarten y Gabina Aurora Pérez Jiménez. Historia, Literatura e Ideología de Ñuu Dzaui. El Códice Añute y su contexto histórico-cultural, coeditado por el Colegio Superior para la Educación Integral Intercultural de Oaxaca (CSEIIO), la Secretaría de Asuntos Indígenas del Gobierno del estado de Oaxaca (SAI) y el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), Oaxaca, México, 2013, pp. 3-7.
  9. Las dos obras que hoy conocemos se escribieron en la variante de Tu’un Savi del área de Teposcolula, debido a la estancia de los dos frailes dominicos en la misma zona. Lamentablemente en Teposcolula y en las demás comunidades ubicadas alrededor de Teposcolula ya no se habla la lengua originaria, sólo quedan los nombres de los parajes y de las comunidades como un hermoso recuerdo que ahí se habló la lengua de los primeros pobladores: Tinduu, Tixaa, Yodocono, Yucunama, Yucuxaco, Tayata, Nuñú, Tayata, Yucuita, Chindúa, etc.
  10. Todos los textos redactados por lingüistas y religiosos del ILV son abundantes; son traducciones de textos religiosos y cuentos que se guardan en la memoria colectiva de los nativos.
  11. Bibliografía del Instituto Lingüístico de Verano en México, 1935-1984. Edit. ILV, México, 1985, pp. 80-98.
  12. Alacatlazala, Ayutla de los Libres y Metlatónoc, Guerrero; Comunidades del Sur de Puebla; Santiago Apoala, Nochixtlán, San Esteban Atatláhuca, Tlaxiaco, San Juan Coatzospan, Teotitlán del Camino, Diuxi, Nochixtlán, Este y Oeste de Santiago Jamiltepec, Huajuapan de León, San Juan Mixtepec, Juxtlahuaca, Nduaxico, Ñumí, Tlaxiaco, Santo Tomás Ocotepec, Tlaxiaco, Santa María Peñoles, Etla, San Miguel el Grande, Tlaxiaco, Silacayoapan y Santiago Yosondúa, Tlaxiaco, Oaxaca.
  13. Los Lingüistas que coordinaron los talleres fueron Rafael Gamallo Pinel y Lourdes de León Pasquel. El primero de ellos después se incorporó como Asesor en Lingüística en la Dirección General de Educación Indígena y la Dra. Lourdes de León Pasquel se desempeña actualmente como Profesora-Investigadora del CIESAS.
  14. Los egresados como Etnolingüistas formados en el Programa señalado fuimos seis: Eduardo García Santiago, Pedro Constancio Ortiz López (q.e.p.d.), Marcos Abraham Cruz Bautista, Vicente Paulino Casiano Franco (q.e.p.d.), Gabriel Caballero Morales y Juan Julián Caballero.
  15. Los primeros en atreverse a registrar en Tu’un Savi sus conocimientos de aquella época fueron los profesores: Ramón Hernández López (q.e.p.d.), Isaías Sánchez López, Jesús A. Osorio Nicolás (q.e.p.d.), Clemente Juárez, Antolín J. Osorio Nicolás, Eulalio Ortiz, Juventino Osorio Nicolás, Juan de Dios Ortiz Cruz, Miguel Hernández López, Luis López López, Hermela Julián Santiago, Alonso Solano González (q.e.p.d.), Albertano Guzmán Guzmán y Luis Agustín López, entre otros.
  16. Algunos fueron concentrados en las oficinas centrales de la DGEI en la Ciudad de México, uno fue comisionado como director de una Escuela Secundaria que dirigía la misma institución y uno más comisionado en el Programa de Etnolingüística, segunda generación llevado a cabo en la población de San Pablo Apetatitlán, Tlaxcala.
  17. Con quienes se comenzó a convocar porque ya tenían desarrollados sus textos en Tu’un Savi fueron: Josefa L. González Ventura, Gabina Reyes Bautista, Benito Narciso Morales, Ubaldo López García, Alonso Solano González, Vicente P. Casiano Franco, Rodrigo Vásquez Peralta, Isaías Sánchez López, Alejandrino Osorio Nicolás, Antolín Osorio Nicolás, Eulalio Ortiz, Martín Pérez Sánchez, Ramón Hernández López, Raúl G. Alavez Chávez, entre otros.
  18. Durante los talleres de escritura de la lengua mixteca, los Encuentros de Escritores en Lengua Mixteca y los Congreso del Tu’un Savi se fueron incorporando los hablantes del Tu’un Savi de Guerrero y Puebla, así como de quienes se encuentran residiendo en Baja California y aún de Estados Unidos, sobre todo de California.
  19. La propuesta de la ortografía práctica del idioma de Ñuu Savi es universal. La apropiación del sistema gráfico es obligatoria para aquellos que están interesados en el desarrollo de la escritura de la lengua desde distintos ámbitos geográficos. No se pretende uniformar el habla, sino uniformar la escritura para que el mensaje de cualquier variante pueda ser leído y comprendido por los hablantes de otras variantes de la misma lengua.
  20. A pesar del aumento de bilingües y hablantes de este idioma, por la influencia de diversos factores externos, la tendencia es la disminución real de los nativo-hablantes. Las últimas dos generaciones entienden en su mayoría Tu’un Savi, pero no hablan esta lengua. Solamente los adultos emplean la lengua nativa como medio de comunicación con sus coterráneos.
  21. También, después del Primer Encuentro de Escritores en Lengua Mixteca llevado a cabo en Tlaxiaco, Oaxaca en septiembre de 1990, involuntariamente se separó el compañero Etnolingüista Eduardo García Santiago por no constituir sus aspiraciones personales, debido a que las actividades culturales no ofrecen mayores posibilidades económicas y también por mejores condiciones laborales.
  22. En el Catálogo de las lenguas indígenas, del INALI se reconocen 81 variantes lingüísticas del idioma mixteco; sin embargo, quienes conocemos y hablamos esta lengua, consideramos que existen distintos niveles de variación lingüística que va desde la fonética, morfológica, sintáctica, hasta la morfosintaxis; se duda que exista ese número exagerado de variantes. Son menos.
  23. https://es.wikipedia.org/wiki/Normalizaci%C3%B3n_ling%C3%BC%C3%ADstica). Consultado el 21 de noviembre de 2018.
  24. La fonología es una rama de la lingüística que se encarga de estudiar los sonidos de las lenguas.
  25. La morfología, también es una rama de la lingüística que se encarga de estudiar la estructura interna de una palabra (morfema).
  26. De la misma forma, la sintaxis es una rama de la lingüística que se encarga de estudiar el orden de las palabras en la estructura de una oración.
  27. Es ilustrativo lo que señala la parte introductoria del texto “La globalización” de Enrique Verdeguer Puig y Leticia Álvarez Alonso” cuando describe de alguien que vive la diversidad cultural en otras partes del mundo. Es decir, cuando alguien viaja a otras partes del mundo, de pronto se enfrenta con la necesidad de utilizar elementos culturales de otras culturas (VERDEGUER Puig, Enrique y Leticia Álvarez Alonso. La globalización. Edit. Acwnro Editorial. España, 2001).
  28. http://www.usal.es/teoriaeducacion. Consultado el 16 de mayo de 2018.
  29. Por acuerdo de quienes han participado en la propuesta de la Norma de Escritura de esta lengua, los términos referidos a la lengua, al pueblo histórico, los nombres de los ríos, parajes y deidades, se escribirán con letras mayúsculas al inicio, porque son nombres propios como: Tu’un Savi, Ñuu Savi, Ñu’u, etc.
  30. Hasta ahora no se cuenta con datos cuantitativos que muestren el avance de las acciones emprendidas en favor del desarrollo de la escritura de Tu’n Savi, sólo podemos observar el cambio de actitud más positiva que negativa, tanto de hablantes de esta lengua como de aquellos que ya no la hablan y que en algún momento llegaron a discriminar a los portadores de la cultura milenaria. En las grandes ciudades de la Mixteca como: Acatlán de Osorio, Pinotepa Nacional, Jamiltepec, Putla, Juxtlahuaca, Huajuapan de León, Tlaxiaco, Nochixtlán, Tlapa de Comonfort, Ayutla de los Libres, Metlatónoc, etc., solemos observar que los nombres de sitios de taxis o de algunos establecimientos comerciales están escritos en Tu’un Savi, o bien, las composiciones de canciones de los hermanos de Coicoyán de las Flores, San Martín Peras, Metlatónoc, Tlapa de Comonfort y Pinotepa de Don Luis, están en esta lengua milenaria.
  31. En el Artículo Segundo se reconoce como derecho fundamental que los habitantes hagan uso de sus respectivas lenguas originarias en los ámbitos que desean gozar de ese derecho, amén de otras consideraciones.
  32. En este documento se prefiere utilizar el concepto de época precolonial y no prehispánica, que tiene otra connotación que no corresponde a la realidad histórica.
  33. Como testimonio del cambio de actitud respecto a la lengua y cultura del Ñuu savi, en las ciudades regionales los nombres de algunos sitios de taxis, centros comerciales y la nomenclatura de algunos edificios públicos están escritos en Tu’un Savi, aunque sin regla, pero ahí están.