En México, en 2020, en plena contingencia sanitaria provocada por el Covid 19, fueron asesinadas 3 mil 723 mujeres y niñas, de las cuales 2 mil 783 fueron homicidios dolosos, y 940 feminicidios (SSP y PC, 2021). Aunque es importante que estos datos se conozcan para actuar frente a este problema, desafortunadamente, los datos oficiales no dan cuenta de las especificidades de lo que acontece con las niñas y adolescentes mexicanas que han sido asesinadas -sea homicidio o feminicidio- en un contexto de relaciones de poder por género y edad, en relaciones sociales racializadas.[2] Ésto, a pesar de que el feminicidio ha sido destacado como sólo “la punta del iceberg” (Segob, Inmujeres, Conavim, ONU-Mujeres, 2020), señalando la necesidad de captar un inmenso, aunque invisible, continuum de violencias contra niñas y adolescentes