Publicado enAño 32 Núm. 346 Puntos de encuentro
Besos que matan. La literatura y el cine como espacios que visibilizan las peripecias del sujeto lésbico
¿Y qué implica si no las nombramos, si no decimos que existen o si decimos poco de ellas o simplemente las anulamos de la historia para seguir preservando la imagen de la mujer, ese ángel del hogar, la madre perfecta, la María idolatrada y colocada en un altar. ¿Será que sólo así podemos negar la existencia de las mujeres lesbianas? Porque hablar de ellas implica evidenciar un deseo no normado, un amor que se considera enfermo aún en el siglo XXI, un placer negado y recluido en lo oculto de una habitación que, al intentar salirse de los espacios establecidos, es castigado con burlas o incluso con la muerte. Así, hablar de las mujeres que se asumen como lesbianas es abordar los estereotipos que se fueron formulado desde la perspectiva masculina, la cual responde a una visión heteronormada, basta con ver algunos chistes que circulan por las redes sociales donde se hace evidente que los roles de género están sumamente arraigados en el imaginario social.[1]