“¿Casorio o es performance? María, la novia coreana”

Sergio Gallardo García, IG: @caminos_sgg
Antropólogo, cofundador del Círculo Mexicano de Estudios Coreanos


Fuente: https://www.kickstarter.com/projects/thekoreanbride

Al satírico estilo de nuestra reciente política mexicana en la que Claudia Sheinbaum cuestiona si las tiendas de campaña que ocupan el zócalo son un performance, la artista María Yoon en su documental Maria the Korean Bride (2003) nos cuestiona sobre los significados del matrimonio, si éste es un ritual de amor o un performance que impone una serie de fines sociales diversos, como bien nos apuntaría la antropóloga feminista y lesbiana Gayle Rubin en su ya clásico texto del ‘tráfico de mujeres’.[1]

La antropología desde sus inicios ha sido visual, tanto en su innata herramienta de observación como en los registros fílmicos y fotográficos de pioneros como Franz Boas o la fundante escuela de antropología visual de Margaret Mead con sus trabajos de Childhood Rivalry in Bali and New Guinea (1940) y el libro fotográfico Balinese Character (1942) que escribió con Gregory Bateson.

Si bien es cierto, como nos resalta Susan Sontag, el cine etnográfico no es un registro de la realidad sino una interpretación de la realidad que no escapa al gusto y la conciencia; la cámara palpa otras dimensiones que desbordan la memoria, las palabras y todo lo que la descripción densa nos pueda ofrecer: eso que no se puede decir.

Bajo este argumento de registrar la experiencia y el momento a partir de lo visual, María Yoon se ha casado más de 50 veces frente a una cámara. Yoon es coreana-americana de primera generación, neoyorquina nacida en Seúl. Desde su infancia tuvo claras las fuertes expectativas de sus padres de que se casará con un hombre coreano cuando cumpliera la mayoría de edad, como prueba de que era “buena hija y mujer honorable”.

Al cumplir 30 años su madre le regaló un hanbok, un vestido tradicional coreano de dos coloridas piezas de seda que es usado en situaciones y eventos ceremoniales. Con el paso del tiempo y con el casamiento de su hermana menor, la presión familiar era cada vez más fuerte. Independientemente de sus logros personales y profesionales, parecía que no lograba completarse como mujer ante los ojos de sus padres, su comunidad y la sociedad en general.

Fuente: https://www.traileraddict.com/maria-korean-bride/poster/1

Como un acto de reivindicación kafkiano, una manera de resolver personalmente la insistencia del casamiento con las expectativas de ser mujer, creó el personaje ‘María, la novia coreana’ como un alter ego quien busca como vocación, obsesión y sentido de vida, casarse. Reiteradas veces.

Maria the Korean Bride (2013) es un documental de 75 minutos donde seguimos a Yoon por todos los cincuenta estados, islas vírgenes —e incluso Puerto Rico— de Estados Unidos, atestiguando cómo en cada uno de ellos se va casando.

“Elegí usar un hanbok porque era mi oportunidad de aprender del otro, sobre las diferentes culturas presentes en Estados unidos. Mi madre hizo el hanbok para mí cuando yo tenía 13 años, pensé que era un buen gesto material sobre mi compromiso cultural para casarme”. Así Yoon nos explica cómo el vestido se vuelve un vehículo material y visual de las expectativas coreano-americanas del matrimonio, que coinciden o no con otras expectativas culturales del país.

Con una mazorca como anillo en Iowa, con un apretón de manos en Seattle, con tambores e incienso en una wickiup en Arizona, entre perros mushers en Alaska, bajo el sonido de las caracolas en Hawaii o montados en caballos en Wyoming; la única constante en esta diversidad de paisajes y bodas es ‘María la novia coreana’ en su impecable hanbok ceremonioso.

¿Es el propósito de vida de las mujeres casarse y estar siempre ante una compañía que la complemente? Maria la novia coreana, vive el matrimonio como performance, como espectáculo y cómo experiencia que entrega a quien ve el documental una serie de reflexiones encarnadas por sus novios y numerosas parejas que responden ante la cámara lo que significa el matrimonio para ellos o porque han decidido no casarse.

De manera muy fresca y espontánea asistimos a un abanico de pensamientos, reflexiones y posicionamientos de personas de distintas partes de Estados Unidos, ofreciéndonos una breve pero potente etnografía multi-situada centrada en el matrimonio.

Con su performance busca encarnar la voz de las mujeres asiático-americanas que no se han casado, que como ella se han encontrado sufriendo la presión social de hacerlo. Al casarse bajo distintas expectativas, tradiciones, valores y culturas en diferentes estados de un mismo país, abre un campo vivencial del matrimonio como institución y el peso que ejerce sobre las mujeres; que como espectadores del documental nos llevará a cuestionarnos por qué y cómo es que nos casamos, lo hicimos o decidimos no hacerlo.

Mead definía la antropología como una disciplina de palabras, por la insistencia en recoger a través de grabaciones en cinta magnetofónica las palabras de los informantes, convirtiéndose la entrevista oral como modelo por excelencia de recoger los datos etnográficos; desplazando lo visual (fotografías y filmaciones) y poniendo al centro la memoria a partir de las palabras.

Pero con sus trabajos fotográficos y visuales abrió una veta antropológica que no sólo nos dirige a otros registros etnográficos, sino a otra manera de entender y admitir que la experiencia del investigador es ineludible a la producción del dato etnográfico. Nos vemos atravesados por lo que investigamos, como María Yoon para quien este proyecto fue catalizador pero también una apuesta a que otras mujeres empatizaran y alzaran su voz sobre sus experiencias ante la presión social como mujeres frente al matrimonio. Y tú, ¿por qué te (o no) casaste?

Bibliografía

Sontag, Susan (1984), “Contra la interpretación y otros ensayos”, Barcelona: Seix Barral.

  1. Rubin, Gayle. [1975] 1986. “El tráfico de mujeres: Notas sobre la economía política del sexo”, Nueva Antropología, vol. VIII, núm. 30), pp. 95-145.