Carta para Hilde

Valentina Garza Martínez
CIESAS Ciudad de México

Hildeberto Martínez en clase a alumnos Posgrado en Historia en CIESAS Peninsular.
Foto: Valentina Garza, 2018


Querido Hilde —como te llamábamos cariñosamente los que tuvimos la suerte de estar cerca de ti—, siento mucho tu partida, hubiéramos querido tenerte por cien años o más. Sin embargo, hay que estar conformes porque sé que tuviste una larga vida al lado de tu familia que amabas profundamente y rodeado de buenos amigos y colegas que apreciabas con sinceridad.

Te vamos a extrañar, particularmente, yo voy a echar de menos esas largas pláticas tan animadas que teníamos de la vida, la historia, la gente y, sobre todo, de aquellos pobladores que habitaron México hace cientos de años. No olvido tu escucha atenta cuando te contaba de mis hallazgos sobre los indios del noreste, al recurrir a ti para traducir letras indescifrables y borrosas de los documentos. Siempre me animaste a investigar y reflexionar más sobre sus formas de vida, la manera en que sobrevivieron, qué los motivaba, qué los hacía enojar tanto, y así cada vez que conversábamos.

Teníamos planes para más talleres, como te gustaba llamar a los cursos de Lectura, Transcripción y Comprensión de Textos Antiguos que nos impartías. Nunca te desanimaste, la última vez que hablamos estabas entusiasmado con la idea de organizar un taller más y convivir de nuevo con jóvenes. Tristemente ya no fue posible.

Dejaste una profunda huella en quienes tuvimos la oportunidad de escucharte y ser tus alumnos. No sólo nos enseñaste a descifrar letras, signos, palabras y abreviaturas antiguas, supiste trasmitir la comprensión de un mundo poco convencional que aún hay que desentrañar: el de los pueblos indígenas de México.

Nos brindaste generosa y desinteresadamente tus conocimientos. Gracias a tu infinita paciencia, contigo disfrutamos y nos divertimos leyendo pasajes inéditos de las mujeres nobles indígenas, sus atuendos, joyas y riquezas, aprendimos sobre los indios rebelados, los pleitos de tierras, los indios de servicio y terrazgueros, nos atraparon las misteriosas muertes y crímenes sin resolver, supimos más acerca de las costumbres, rituales y temazcales, los tributos, arrendamientos, testamentos y visitas de las sociedades indígenas. Todo ello en un universo complejo de pueblos que nos harán recordar siempre los nombres de Tepeaca, Tecamachalco, Quecholac, Cuauhtinchan, Tecali, Acacingo, Alxoxoco, entre otros.

Hilde, querido, es doloroso no poder verte más ni escuchar tu voz, pero estoy segura que de muchas formas seguirás entre nosotros. Estarás presente como el gran amigo, colega y maestro que fuiste.

Un abrazo para siempre,
Valentina Garza Martínez
15 de diciembre de 2023.