Este documental de Zana Briski y Ross Kauffman sigue el proceso que las realizadoras emprendieron en el barrio rojo de Calcuta para formar a un grupo de niños nacidos en un burdel en el uso de cámaras fotográficas para documentar sus vidas.
Cartel oficial de la película.
El ejercicio permite que los espectadores se adentren en la realidad de los niños y sus madres, mujeres víctimas de trata que ven en la prostitución su única realidad posible. Poco a poco, los niños se ven transformados, primero por el ejercicio etnográfico, después porque el proyecto les permite viajar para exponer sus fotografías y ser partícipes de otras realidades.
En su año, este documental ganó el Oscar al mejor largometraje documental, entre otros premios y nominaciones que cosechó, pero no es esa la razón por la cual les recomiendo esta película. La intervención que las realizadoras llevaron a cabo en la vida de los niños caló hondo, pero ¿resolvió el problema de fondo? Los niños conocieron otros mundos, tomaron fotos y expusieron su trabajo, pero ¿qué pasó después?
Así como en su tiempo Chronique d’un été (Jean Rouch y Edgar Morin, Francia, 1961) provocó el despido de los protagonistas que trabajaban en la Renault, Born Into Brothels: Calcutta’s Red Light Kids, es decir, tuvo consecuencias éticas en las que conviene reflexionar.
Cuando se realiza un documental con ánimo de transformar la realidad social, debe tomarse en cuenta que cuando se trata de un problema enrevesado (wicked problem), la obra audiovisual contribuirá a visibilizarla pero no resolverá mágicamente el problema si no se acompaña de otras acciones que respondan a la escala y grado de complejidad del fenómeno.
Podrán ver Born into Brothels aquí, ¿qué piensan acerca de esto?
Karla Paniagua Ramírez
Coordinadora de estudios de futuros, CENTRO
kpaniagua@centro.edu.mx