Bienestar y tragedia de los bienes del vientre terrenal:  El oro o la vida de Álvaro Revenga (2011)

El asunto en cuestión es casi tan antiguo como el tiempo mismo. Al menos desde la Edad de los Metales en Eurasia y la invasión europea al (así llamado) Nuevo Mundo, los humanos (cierto: unos más que otros) hemos tenido avidez por los secretos minerales que guarda el vientre de la tierra como el oro, el agua y el petróleo. Se podría decir, incluso, que una parte considerable del bienestar de las sociedades actuales descansa sobre el uso continuo y en aumento de bienes materiales inertes cuyas materias primas devienen de algún tipo de extracción mineral: desde el cemento-asfalto-vidrio con que hemos levantado urbe tras urbe hasta los celulares y computadoras que se han vuelto una suerte de otro yo ‒tan indispensables‒, pasando por innumerables utilerías de metal y plástico, sin olvidar ese otro líquido que literalmente mueve al mundo: la gasolina.