Valentina Garza Martínez,
Subdirectora de Docencia
Colaboradoras:
Nancy García Zamora
Ariana Martínez Otero
Brisa Ortiz Mejía
CIESAS Ciudad de México
A lo largo de más de cuatro décadas los programas de posgrado del CIESAS han ido modificando y adaptando su función dentro de la institución. Es notorio su impacto en la administración educativa, la atención y estudio de las necesidades sociales, la autoevaluación de cada programa y la búsqueda por consolidar un Sistema Nacional de Formación de Recursos Humanos. Los avances se han logrado con el apoyo de quienes conformamos los cuerpos colegiados, las comisiones, los comités, los directivos y el personal académico-administrativo que con entusiasmo y dedicación ejercemos nuestras actividades en pro de un compromiso colectivo de organización académica y educativa.
Estos tiempos de pandemia han puesto sobre la mesa el análisis de la forma en que han evolucionado los programas, pero también han dejado al descubierto los aspectos más vulnerables, entre ellos, el terrible rezago tecnológico en el que nos encontramos. Esta situación, aunada a la reducción del presupuesto federal asignado al CIESAS, sin duda, nos presenta un gran reto de mayor eficiencia y optimización de los recursos.
En el CIESAS, de la misma manera que en otros centros educativos y de investigación, tanto nacionales como internacionales, no estábamos preparados para llevar a cabo las actividades regulares y cotidianas, propias de la institución, con una pandemia de trasfondo.
En este contexto tuvimos que actuar de forma inmediata y seguir atendiendo las necesidades de los 11 programas de posgrado con 15 generaciones vigentes de maestría y doctorado que involucraban a un total de 223 estudiantes, pero que con la suma de todos los programas docentes y de formación del CIESAS[1] ascienden a un número mayor de estudiantes, además de los 147 profesores-investigadores que integran los núcleos académicos de los posgrados. Estas cifras suponen un universo diverso de servicios, ocupaciones y preocupaciones a observar y atender, pero más allá de ellas, conviene esbozar el panorama en función de la situación de los estudiantes y profesores-investigadores; así como las medidas y los planes que se han realizado y los que se tienen pensados para continuar con los proyectos educativos y de investigación que le dan sentido a nuestra institución. En este texto queremos compartir las experiencias adquiridas en los últimos meses, permitiéndonos hacer algunas reflexiones en torno a aquello que nos ha mostrado la pandemia.
A finales del mes de marzo, cuando entramos en confinamiento, empezamos por realizar un diagnóstico que nos permitiera identificar el estado y las problemáticas de los posgrados, pues es bien sabido, que cada uno tiene sus particularidades disciplinarias, diferente composición del núcleo académico y un número variable de alumnos. Además, no todos se encontraban en la misma etapa formativa: seis generaciones estaban en su año inicial (108 estudiantes), dos cursaban el año intermedio (37 estudiantes), otra se encontraba en su tercer año (19 estudiantes) y seis en el penúltimo cuatrimestre para finalizar el programa de estudios (59 estudiantes). Esto implicaba que los que recientemente habían ingresado al programa estaban perfilando sus proyectos de investigación de tesis y tuvieran una carga mayor de cursos generales. Los que estaban en una etapa intermedia, además de mantener algunas clases tenían en curso sus trabajos de campo y de archivo, interrumpido abruptamente por el confinamiento y el cierre de archivos y bibliotecas. Los estudiantes en su tercer año, así como los del último año del programa, habían realizado casi en su totalidad su trabajo empírico y se encontraban en diferentes etapas de avance de redacción final de la tesis. La localización geográfica de las sedes del posgrado fue otra variable importante a considerar.
Con este balance vino la segunda fase, partiendo de la limitada tecnología y la falta de infraestructura técnica y operativa de todas las sedes del CIESAS, tratar de resolver la gran necesidad de contar con un plan de contingencia para la continuidad académica y poder atender y capacitar a los profesores y estudiantes en el uso de nuevas herramientas de la información y de la comunicación.
A través del Consejo General de Posgrado (CGP) en el que participan los coordinadores de los posgrados como cuerpo colegiado que coadyuva con la Subdirección de Docencia en la gestión de los lineamientos generales de operación de los programas docentes del CIESAS, se discutieron y acordaron medidas para no afectar el desempeño académico, pero al mismo tiempo procurando mantener la seguridad y el bienestar de los estudiantes y profesores. Así, desde un principio, se tomaron decisiones en torno a dos actividades primordiales 1) Los coloquios, sobre los que se determinó mantenerlos, llevándolos a cabo de manera virtual, mediante el uso de videoconferencias; los estudiantes entregarían los avances de sus proyectos a los lectores y directores de tesis como habitualmente se hacía, procurando que recibieran los comentarios, no sólo verbalmente, sino también por escrito. 2) El trabajo de campo, a sabiendas de que se encontraba cancelado, se exhortaría a los directores de tesis y a sus estudiantes, a través de los colegios académicos, a que ajustaran el cronograma de trabajo original para postergarlo y reprogramar, con el acuerdo de los profesores, los cursos curriculares.
De igual forma, debido al calendario habitual de las actividades, los procesos de selección e ingreso para una nueva cohorte en cinco programas se tuvo que adaptar y llevar a cabo con el apoyo de las tecnologías de la comunicación en sus diversas etapas de recepción de documentos, exámenes y entrevistas.
Pasamos también por el proceso de definición de políticas académico-administrativas respecto a la implementación y validación oficial de exámenes de grado totalmente virtuales. Primero hubo que consensuar las medidas con los coordinadores de los programas y el CGP y conjuntamente con el personal del área jurídica del CIESAS, construir un instrumento para presentar a Conacyt que contara con los mecanismos legales y dar la certeza que requiere la obtención de grado en línea.
Durante este tiempo tocó a cinco posgrados renovar su evaluación con el Conacyt, el famoso refrendo del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), del cual dependen las becas de manutención de nuestros estudiantes. Bajo estas difíciles circunstancias y en muy corto tiempo, Secretarios Técnicos, Coordinadores y el Equipo de la Subdirección de Docencia se escanearon numerosos documentos, se llenaron formatos y se redactaron informes, una labor extenuante que culminó con la entrega en tiempo y forma de cada programa. Ahora estamos a la espera de las entrevistas con los comités evaluadores de Conacyt, programados para el 6 de octubre.
Queremos expresar nuestro reconocimiento a aquellos profesores que han seguido dando cursos en medio de la pandemia, una actividad básica en la formación de los estudiantes y que ha permitido mantener un vínculo estrecho, esencial para la vida de los posgrados. En el cuatrimestre de enero a abril se impartieron 38 cursos divididos en siete programas, mientras que en el de mayo a agosto se brindaron 35. Actualmente, en el cuatrimestre de septiembre a diciembre, se mantiene un número similar de materias. Todos estos cursos se han realizado a distancia, mediante el uso de plataformas como BlueJeans, Zoom, Microsoft Teams, Google Classroom, Moodle, Canvas, entre otras y, por consiguiente, ha ocasionado que los profesores se hayan visto en la necesidad de replantear la manera en que imparten sus clases para no diezmar el proceso de enseñanza-aprendizaje o de formación de los estudiantes –la duración de las sesiones, los contenidos, las dinámicas y las actividades, las lecturas, la comunicación y sus medios, el envío, recepción y evaluación de tareas, etcétera-. Pasar de lo presencial, en donde se está cara a cara con los estudiantes, a lo virtual, con el uso de dispositivos electrónicos como medio de comunicación, sin duda ha significado un gran reto para todos.
Considerando este estrés, se buscó capacitar a profesores y secretarios técnicos para el uso de la plataforma Microsoft Teams, una herramienta con la que contamos de manera gratuita los que laboramos en el CIESAS. Los cursos que se impartieron dejaron conocimientos para trabajar en la elaboración de una guía de uso interno.
Pero a pesar de las dificultades, hay que reconocer los esfuerzos que se han realizado y que han permitido continuar con los proyectos académicos que se tenían programados. Ejemplo de ello son las titulaciones de nuestros estudiantes y los coloquios. En lo que va del año, presentaron la defensa de su tesis 12 alumnos de doctorado y 25 de maestría, de los cuales tres y siete fueron en periodo pandemia, respectivamente. Estos resultados son el producto de un inmenso trabajo por parte de los estudiantes, los directores de tesis, comités de tesis, profesores internos y externos, secretarios técnicos, entre muchos otros que laboramos en el CIESAS, a pesar de la incertidumbre en la que nos encontramos.
Respecto a los coloquios, se realizaron 10 de los cuales nueve fueron totalmente virtuales mediante videoconferencia, lo cual también significó ajustes, coordinación, comunicación, compromiso y trabajo colaborativo entre académicos y administrativos. Los resultados hasta ahora, llaman la atención, en primer lugar, por la audiencia superada ante la expectativa; en segundo lugar, por el formato que permitió reuniones más pausadas, con más tiempo para las presentaciones, comentarios y réplicas, pero, sobre todo, por los logros en los avances de los proyectos y la reorientación creativa y novedosa de algunas de las investigaciones que fueron presentadas.
A reserva de un análisis más acucioso y la aplicación de una encuesta particular, es interesante mencionar que las evaluaciones docentes durante los últimos dos cuatrimestres fueron muy positivas. Los estudiantes expresaron su beneplácito al tomar los cursos y las aportaciones a su formación de los contenidos aprendidos. Curiosamente las quejas o desaciertos observados no se expresaron en un rechazo a tomar clases en línea, sin embargo, sí apuntan las graves deficiencias en los servicios informáticos y de biblioteca que el CIESAS ofrece en sus diferentes sedes.
No hay que dejar de hacer notar que algunos de nuestros estudiantes enfrentan serios problemas de conexión a internet y la falta de equipos tecnológicos adecuados. A este respecto y tras un diagnóstico previo, se brindaron recursos económicos a estudiantes con equipos electrónicos poco útiles.
Si bien, hasta ahora se han mencionado algunas de las actividades académicas que se realizaron por parte de los organismos que integran la docencia del CIESAS, también es importante señalar las carencias que durante la situación de pandemia se han hecho evidentes. Es importante reiterar lo ya expresado por los estudiantes y que nos lleva a plantear la necesidad de mejorar los servicios de informática y de biblioteca. El sistema de docencia necesita de la colaboración y el apoyo de estas áreas sustantivas para lograr los objetivos como institución educativa y de investigación. Se requiere de un servidor exclusivo para alojar sus plataformas y poder desarrollar nuevas plataformas educativas que nos representen, hacen falta medidas de seguridad cibernética y la creación de códigos para firmas digitales en documentos oficiales, es imprescindible la capacitación básica y profesional para el uso de tecnologías y la elaboración de guías para el control y manejo adecuado del software. En síntesis, debemos implementar las medidas de política institucional necesarias para superar el rezago tecnológico en el que se encuentra la docencia, sus profesores y estudiantes.
Adicional a lo anterior, es importante considerar la reorientación de nuestros programas para que se fortalezcan los contenidos académicos, se dinamice el uso de herramientas tecnológicas y se faciliten recursos a personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad (económica o física). Apostamos a generar nuevas vías de aprendizaje que ofrezcan más opciones a los posgrados y sus estudiantes que permitan ampliar y mejorar el dialogo multidisciplinario, no sólo para este periodo de distanciamiento.
Después de seis meses de confinamiento el panorama de por sí dinámico de la docencia, ha cambiado aún más, algunos estudiantes han terminado sus trabajos de tesis y han obtenido el grado académico, otros están a unos cuantos meses o semanas de lograrlo, un grupo importante sigue avanzando en la redacción final, pero hasta ahora, la gran mayoría de nuestros estudiantes enfrenta el problema de trabajos de campo y de archivo inconclusos o que aún no los han comenzado, aproximadamente 145 de ellos.
Para este nuevo ciclo escolar contamos con una matrícula de 165 estudiantes vigentes más 64 de la nueva cohorte; es decir, 229 estudiantes que nos presentan un reto mayor para formular procesos formativos e innovadores, con nuevas técnicas, que posibiliten superar el resguardo domiciliario y poder realizar investigaciones pertinentes que atiendan a las diversas características y condiciones esenciales para el campo de las ciencias sociales y humanidades.
Sin duda que este periodo de contingencia nos plantea nuevos desafíos y a pesar de los aspectos negativos de estos tiempos, consideramos que es un buen momento para reflexionar en torno a la experiencia con los cursos impartidos, los coloquios, las nuevas metodologías para la investigación que se han propuesto, así como también para revalorar el trabajo a distancia, la búsqueda y revisión de nuevas bases de datos, archivos y construir, de manera colaborativa, el conocimiento.
Otro de los programas docentes esenciales para el CIESAS es el Programa de Becas que este año cumple 30 años de impulsar la formación y capacitación especializada de estudiantes externos. Esto ha sido posible gracias a la contribución de los investigadores del CIESAS y a los planes de trabajo que, desde la Subdirección de Docencia, año tras año han buscado de manera prioritaria, preservar y consolidar este Programa institucional.
Con motivo de la pandemia por Covid-19, el 30 aniversario del Programa de Becas llegó en circunstancias inéditas, particularmente hablando de cuestiones académicas y presupuestales que pusieron en riesgo la continuidad y conclusión de los subprogramas de becas vigentes; no obstante, la pandemia también trajo consigo una importante coyuntura que nos ofrece el desafío de repensar y modificar el paradigma tradicional con que se plantea la dirección de una tesis o un proyecto de capacitación, para adecuarlo a propuestas novedosas que consideren los contextos de confinamiento y de educación presencial-virtual que como bien se dice, forman parte de una “nueva normalidad” a la que no podemos estar ajenos como institución educativa.
Por otra parte, es importante mencionar que la pandemia propició un impacto negativo en las finanzas públicas durante el 2020, lo cual llevó a la reserva de recursos del capítulo 4000 para Ramo 38; el panorama para el 2021 aún es incierto, pero tenemos la confianza de que el Programa de Becas del CIESAS pueda seguir apoyando la formación, capacitación y profesionalización de jóvenes investigadores en el campo de la antropología social y disciplinas afines.
Si sorteamos estos retos, debemos además fortalecer los procesos para la rendición de cuentas a que estamos sujetos; las convocatorias públicas y abiertas, deben responder a la demanda real y a las necesidades de muchos jóvenes, pero, sobre todo, a la calidad académica de las propuestas; y, por otro lado, debe priorizarse y fortalecerse el sentido formativo de las becas, que al final del día es la contribución que realiza el CIESAS, para que más jóvenes puedan insertarse, de manera efectiva, a los posgrados que se ofrecen en el Centro u otras institución de alto nivel. De la formación de los estudiantes, dependerá la excelencia de éstos a donde quiera que vayan, y decir que se formaron en el CIESAS, siempre será motivo de orgullo y prestigio para nuestra institución.
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Los programas de la docencia del CIESAS incluyen los programas de posgrado, el programa de becas externas, cursos y programas cortos, diplomados y alumnos en formación en la investigación. En el año de 2019 la cifra total de estudiantes atendidos dentro de estos programas ascendía a 848. ↑