Alejandro Arturo Jiménez Martínez[1]
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
I
El 14 de junio del 2006, el gobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz reprimió a los profesores de la sección XXII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que se encontraban en un plantón en la capital oaxaqueña. Organizaciones urbanas y del interior del estado se unieron a los maestros en lo que se conoció como la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). El objetivo de este organismo fue lograr la destitución del mencionado gobernante. Después de una lucha que concluyó con la represión de una marcha multitudinaria el 25 de noviembre del mismo año, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el gobernador lograron conservar el poder estatal.
La demanda de destitución de un gobernador oaxaqueño no era inédita. Después de la Revolución, el estado vivió la caída de tres gobernadores priistas. Edmundo Sánchez Cano en 1947, Manuel Mayoral Heredia en 1952 y Manuel Zárate Aquino en 1977, como resultado de movilizaciones populares en las que participaron los estudiantes del Instituto Autónomo de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca (IACAEO) y de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO). En este artículo me referiré a las dos primeras a partir de la perspectiva del intelectual oaxaqueño Luis Castañeda Guzmán.
Castañeda, formado en el IACAEO durante los años treinta del siglo XX, fue hijo de un sacerdote católico. Su infancia la vivió en relación con la doctrina social de la Iglesia, por lo que realizó sus estudios de abogado con ese bagaje a cuestas. Durante sus doce años como alumno (1928-1940) forjó una trayectoria como líder estudiantil. En 1936, los estudiantes llevaron a cabo una huelga de un mes porque el gobierno estatal había dejado de suministrar el subsidio gracias al cual el IACAEO funcionaba. Como resultado, consiguieron la permanencia del subsidio estatal y un subsidio federal a partir del siguiente año. Castañeda fue uno de los líderes de ese movimiento.
Este texto es parte de una investigación más amplia que explora la vida de Castañeda (Jiménez, 2021). Considero que la biografía intelectual nos permite atisbar en la vida del biografiado y en el contexto que le rodea. Se parte de la idea de que las circunstancias influyen a la persona y ésta también es partícipe de los cambios y permanencias generadas durante los procesos en los que se desenvuelve.
II
Edmundo Sánchez Cano nació en la ciudad de Oaxaca. Durante la Revolución participó en el Ejército Federal porfiriano y en el Constitucionalista. Sánchez Cano y Castañeda se conocieron durante la campaña electoral del primero y el gobernador consideró al segundo para que participara en su administración. Mas de 50 años después, Castañeda recordó el momento en que el gobernador le notificaba que sería el próximo director del Instituto. Sin embargo, considero que, de haber sucedido como lo narró, este diálogo se llevó a cabo al principio del periodo de gobierno de Sánchez Cano, cuando Castañeda fue nombrado director del Archivo de Notarías en 1944, porque desde entonces era cercano al gobernador.
Viene a gobernar Sánchez Cano y me llama para ser director del Instituto. Antes de cualquier cosa le digo ‘soy un muchacho revoltoso’, me contesta: ‘ya lo sé’; ‘señor, soy del PAN’; ‘que me importa’; ‘además soy católico… le van a decir que soy panista…’; ‘ya lo sé, ya lo sé…’; ‘…le van a traer una foto en la que estoy hincado frente al arzobispo’ ‘…sí’; ‘y también soy hijo de un cura’; ‘ya lo sé’. Casi en secreto me dijo: ‘yo también’. (Arellanes, 1998: 16)
Castañeda fue nombrado director del Instituto en febrero de 1946. A partir de entonces y hasta principios de enero del siguiente año ejerció los dos cargos.
III
Durante el periodo del gobernador Vicente González Fernández (1940-1944), la ciudad de Oaxaca vivió un proceso de urbanización constante. Con el terremoto de 1931, una importante cantidad de habitantes salió a diferentes entidades del país. Mientras se reconstruía la ciudad, la población paulatinamente creció principalmente por la migración proveniente de las regiones del estado. Mientras tanto, surgió un movimiento urbano del que fueron partícipes los comerciantes de mercados, los habitantes de las vecindades y los usuarios de los servicios de electricidad y agua potable. Estos sectores se organizaron y luego confluyeron ante los intentos de abuso por parte de las autoridades, los empresarios, los detentadores de monopolios como el del mezcal y la sal, y los dueños de vecindades. Así, durante el periodo mencionado surgieron la Liga de Inquilinos Oaxaqueños, la Liga de Resistencia de Usuarios del Agua de Oaxaca (LRUAO) y la Unión de Consumidores de Energía Eléctrica (UCEE). Estas organizaciones populares fueron influidas por la Acción Católica Mexicana (ACM), la cual atrajo a este sector de la población organizando cooperativas para que recibieran seguridad social, practicaran deportes y se apoyaran en caso de fallecimiento.
Austreberto Aragón Maldonado, líder de la LRUAO, persona muy comprometida con la ACM y al parecer uno de los líderes de la Unión Nacional Sinarquista (UNS) en Oaxaca, era artesano y comerciante de navajas, machetes y cuchillos. Ejercía la actividad en su casa-taller-comercio que estaba cerca del principal mercado de Oaxaca capital, por lo que tenía comunicación e influencia con comerciantes y colonos. Los mercados que se construyeron durante esa época y el que ocupaba buena parte de las calles del centro de la ciudad cada sábado se convirtieron en lugares de difusión de noticias, así como espacios para la organización del pueblo (Smith, 2009).
En el ámbito nacional, una de las características de este período fue la destitución de diez gobernadores, algunos de ellos como resultado de pugnas entre la propia “familia revolucionaria”. Otros, a raíz de protestas de sectores de la población que fueron agraviados por gobiernos estatales, entre los que se cuentan el de Guanajuato y Chiapas. En estos casos, el gobierno federal prefirió la destitución antes que generarse descrédito (Medina, 1979: 95-110).
IV
Al finalizar 1946, Sánchez Cano presentó un paquete de iniciativas fiscales y una propuesta de nueva ley orgánica del IACAEO al poder legislativo local. Esto afectaba a diversos sectores. A la élite comercial por retirar el privilegio que ostentaba la Cámara de Comercio del estado de calificar fiscalmente al comercio. A los comerciantes al implementar impuestos a productos agrícolas, ganaderos y servicios relacionados con las diversiones, la industria de alimentos y bebidas, así como la renta de casas y departamentos (Martínez, 1984). Mientras tanto, el Instituto vio vulnerada su limitada autonomía (Bailón, 2012: 234-235). De forma precipitada, durante diciembre de 1946, la Cámara de Diputados local aceleró la aprobación del código fiscal y la Ley Orgánica del Instituto.
En una entrevista, más de cincuenta años después, Castañeda comentaba que un día, al llegar al Instituto, fue acusado de permitir que se aprobara la nueva Ley Orgánica, por lo que inmediatamente se dirigió al Palacio de Gobierno a reclamarle a su hasta entonces amigo el gobernador (Indelebles 18, 2016: 22-23). Hay evidencia documental que muestra las gestiones previas que realizó Castañeda para evitar la aprobación de esta reforma, sin éxito (Jiménez, 2021).
De haber sucedido el reclamo que describe Castañeda, debió ser el 8 de enero mientras alrededor de 50 estudiantes, encabezados por la mesa directiva del Congreso Local de Estudiantes Oaxaqueños (CLEO), se reunieron en asamblea para discutir lo relacionado con el decreto número 173 que modificaba la Ley Orgánica del Instituto. Después de discutir este punto, los estudiantes decidieron cerrar el colegio como una protesta enérgica contra la imposición gubernamental (Jiménez, 2021).
El 9 de enero, sucedió un paro general de actividades comerciales convocado por la Cámara de Comercio del estado y los pequeños comerciantes, el cual fue tan exitoso que, según las crónicas, nada se podía comprar en la ciudad y en diversos lugares del estado (Smith, 2009: 314). Para el 10 de enero, se realizó en la capital del estado una marcha silenciosa encabezada por la Cámara de Comercio del estado. Al mismo tiempo, en diversas ciudades de la Mixteca, Valles Centrales y el Istmo también se realizaron manifestaciones. En tanto, oaxaqueños avecindados en la capital del país tuvieron audiencia con el Presidente de la República.
V
El 11 de enero por la mañana se realizó una asamblea de profesores y alumnos del Instituto. Ésta redactó un documento dirigido al gobernador indicando su desacuerdo con las modificaciones a la Ley Orgánica. A la misma hora, una comitiva de la Cámara de Comercio local tuvo audiencia con Sánchez Cano y tres representantes de la Secretaría de Gobernación federal. El gobernador prometió solicitar a la legislatura local un nuevo periodo de sesiones para cancelar los decretos, lo cual hizo inmediatamente. Después salió al balcón del palacio de gobierno acompañado de los representantes de la Cámara de Comercio con quienes había tenido la reunión.
Al momento, la multitud reunida en el zócalo de la capital del estado, conformada principalmente por pequeños comerciantes, artesanos y usuarios de servicios afectados por las medidas del gobernador, llamó traidores a los integrantes de la Cámara de Comercio, gritaron mueras a Sánchez Cano e inmediatamente se dirigieron al IACAEO. Al parecer, los representantes de la Cámara de Comercio asistieron a la reunión sin la anuencia de los pequeños comerciantes.
Hasta ese momento, los comerciantes de los mercados habían permitido que los empresarios del estado agrupados en la Cámara de Comercio encabezaran la movilización. Entonces dejaron a sus antiguos líderes y buscaron nuevos en el Instituto, donde protestar contra el gobierno del estado no era novedad. La mencionada huelga de 1936 era un antecedente importante y Castañeda, en ese entonces líder estudiantil, ahora era el director del Instituto y respaldaba el cierre que los alumnos habían acordado. En la tarde de ese día se formalizó la alianza entre la comunidad del IACAEO y los comerciantes de los mercados, quienes constituyeron el Comité Cívico Oaxaqueño (CCO) (Smith, 2009: 316). Formalmente Castañeda no fue parte de la dirección del CCO, pero por sus acciones fue reconocido por los participantes como uno de los líderes del movimiento.
Por la tarde de ese mismo día, a las 14:00 y a las 18:00 horas, se llevaron a cabo sendos mítines afuera del Instituto. Profesores, alumnos y diversas personas dirigieron palabras a los oaxaqueños congregados en el lugar para incitarlos a continuar una lucha que tendría por objetivo la destitución del gobernador. El primer orador del mitin de las 14:00 horas fue el director del Instituto, Luis Castañeda, quien llamó a terminar con el gobierno de Sánchez Cano. El segundo fue el médico Alberto Vargas, quien habló en la misma tónica. Vargas había encabezado el Comité Organizador del Homenaje Racial que se realizó en la capital oaxaqueña con motivo del Cuarto Centenario de la Ciudad de Oaxaca en 1932 (Maldonado, 2013: 93). A las 18:00 horas, nuevamente Castañeda inició la ronda de oradores y le siguió el profesor del Instituto Manuel Zárate Aquino, en ese entonces con conocida militancia comunista y a quien 30 años después otro movimiento popular encabezado por estudiantes universitarios lo derribaría de la gubernatura.
Al siguiente día una nueva marcha recorrió la ciudad de Oaxaca. Para llamar a la gente, Castañeda pidió a los encargados de los templos de la ciudad que tocaran las campanas, lo cual sucedió en las subsecuentes ocasiones en que la población se reunió. Poco se ha dicho sobre el papel de la Iglesia en este movimiento. Se deduce que la cercanía de Luis con algunos sacerdotes, el liderazgo de Austreberto Aragón en la Acción Católica y las organizaciones de pequeños comerciantes, usuarios del agua y de la electricidad propiciaron que los templos jugaran un papel en la movilización.
El miércoles 15, el ejército federal rodeó los diversos contingentes que se encontraban en el palacio de gobierno y las distintas oficinas gubernamentales y conminó a la población a retirarse a sus casas. El centro de la ciudad quedó bajo la custodia del ejército y parecía que el movimiento sería disuelto sin haber logrado su cometido.
El día 17 el secretario de Gobernación federal se encontraba en Oaxaca. El 18, Sánchez Cano presentó una solicitud de licencia ilimitada al Congreso del estado, el cual nombró gobernador sustituto a Eduardo Vasconcelos, quien hasta entonces fungía como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Al día siguiente, Vasconcelos rindió protesta como gobernador ante la Comisión Permanente del Congreso de Oaxaca y el 20 se realizó una multitudinaria manifestación que partió del Instituto al palacio de gobierno. Los oradores principales fueron el nuevo gobernador, Castañeda como director del Instituto y el presidente del CCO Alberto Vargas. Unos días después, Vasconcelos derogó los decretos que propiciaron el levantamiento.
VI
En enero de 1948, los miembros del CCO organizaron una ceremonia para conmemorar el aniversario, para lo cual invitaron a Castañeda. Él argumentó que no estaba de acuerdo en cómo habían transcurrido las cosas después de la salida del gobernador e informó que no asistiría. La descripción que la prensa oaxaqueña hizo de la conmemoración del primer aniversario de las jornadas de enero de 1947 permite ver que el partido oficial se había apropiado del movimiento. La marcha con que se inició la conmemoración iba encabezada por Alberto Vargas, quien dirigió al CCO, pero para entonces ocupaba una diputación local a través del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Enseguida se colocó el presidente local del partido oficial, cuya participación no se percibe en los hechos de un año antes (Jiménez, 2021).
VII
Eduardo Vasconcelos gobernó Oaxaca entre 1947 y 1950. Su carrera en la administración pública la hizo en la ciudad de México y ocupó, entre otros cargos, el de secretario de Gobernación y de Educación durante la presidencia de Abelardo L. Rodríguez. Nacido en Oaxaca capital y formado tanto en el IACAEO como en la Universidad Nacional, había guardado vínculos con su tierra natal a través de su participación en la Asociación de Ex-Alumnos del Instituto y otras organizaciones.
El periodo gubernamental de Vasconcelos ha sido recordado por restablecer relaciones entre el gobierno del estado y los diferentes sectores que pugnaron por la salida de Sánchez Cano. Gestionó la construcción de carreteras, llevó a cabo programas para el desarrollo de diversos sectores agrícolas y ganaderos de las regiones del estado, generó obras para mejorar los mercados públicos de la capital del estado, solucionó problemas relacionados con el suministro de agua y electricidad, entre otros (Bailón, 2012: 238-239).
Ingeniero de profesión, Manuel Mayoral Heredia obtuvo la candidatura a la gubernatura de Oaxaca gracias a su relación con el presidente de la República y sin tener lazos con los grupos de poder en el estado. Conocía a Miguel Alemán desde los años veinte y fue subsecretario de Comunicaciones y Obras Públicas durante el sexenio de su amigo (Smith, 2009: 365).
La destitución de Mayoral tiene elementos semejantes a lo sucedido entre diciembre de 1946 y enero de 1947 con el fin del gobierno de Sánchez Cano. Los opositores fueron básicamente los mismos, más algunos políticos locales que renunciaron al PRI con la imposición de Mayoral. Hubo ingredientes adicionales: un gobernador que tomó muy pronto el camino de la represión y la campaña presidencial en la que Miguel Henríquez Guzmán fue el principal opositor al régimen.
Respaldado por el impulso modernizador de Miguel Alemán, Mayoral Heredia concedió a una empresa veracruzana la explotación de los bosques de la Sierra Norte que estaban a cargo de los pueblos de la región. En la cuenca del Papaloapan, la construcción de la presa Miguel Alemán benefició principalmente a las ciudades y a los agricultores del sur de Veracruz, mientras que a los campesinos de la región los condenó a salir de territorios que sus ancestros habitaron. Los productores de piña se integraron al movimiento que apoyaba al general Henríquez y sufrieron la represión de sus gobiernos locales. En el Istmo, Mayoral entró en conflicto con el cacique de la región, Heliodoro Charis, a partir de la imposición de candidatos para la elección de presidentes municipales. En Valles Centrales, el gobernador entró en pugna con los comerciantes al tratar de imponer nuevos impuestos (Dalton, 2004: 245-246). En diciembre de 1951 se publicó un nuevo código fiscal que gravaba productos agropecuarios básicos, lo que afectaba a todos los sectores de la población. Esto reactivó la movilización de los comerciantes y los usuarios de servicios organizados desde la primera mitad de los años cuarenta.
VIII
El código no entró en vigor inmediatamente. Su implementación se prorrogó en dos ocasiones y se dio como nueva fecha para su aplicación el 1° de abril. La Cámara de Comercio local organizó una reunión los días 20, 21 y 22 de marzo, con 500 comerciantes oaxaqueños y expertos en finanzas provenientes de la ciudad de México para discutir lo relacionado con el mencionado código.
El gobernador estuvo en Guelatao el 21 de marzo por la conmemoración del natalicio de Benito Juárez. Por la noche, al regresar a la capital del estado, se reunió con representantes de la Cámara de Comercio y otras agrupaciones de pequeños comerciantes para hablar del código fiscal. El acuerdo al que habían llegado los quejosos y que presentaron al gobernador era solicitar la derogación del código. Mayoral no accedió a ello y sólo prometió una nueva prórroga para su aplicación.
Esto molestó a la muchedumbre que esperaba respuesta desde la tarde. Como en la rebelión contra Sánchez Cano, los pequeños comerciantes hicieron valer su íntima relación con la Iglesia católica a través de Austreberto Aragón y la Acción Católica e hicieron sonar las campanas de catedral. Comerciantes, estudiantes y diversos sectores de la población se organizaron para realizar una marcha a la casa de gobierno.
Al aproximarse la marcha al lugar, los guardias abrieron fuego y cayeron asesinados dos de los manifestantes, al tiempo que otros 18 fueron heridos. La Cámara de Diputados local derogó el código al siguiente día, pero los asesinatos enardecieron a los quejosos que se reunieron en el zócalo. El día 22, al observar que el palacio de gobierno estaba protegido, los manifestantes se dirigieron al Instituto para pedir el apoyo de los profesores y alumnos. Por la tarde ya se había reactivado la figura del CCO que surgió durante las protestas de 1947 (Smith, 2009: 379).
IX
Como en 1947, Castañeda no formó parte del CCO, pero sí participó como orador en reuniones, aunque manteniendo una actitud moderada, porque estaban por celebrarse elecciones para el poder ejecutivo y legislativo federal y el líder del PAN en Oaxaca, su cuñado Manuel Aguilar y Salazar, era candidato para una diputación.
Tanto en el conflicto que terminó con la destitución de Sánchez Cano como en el de Mayoral Heredia, los respectivos gobernantes acusaban a fuerzas reaccionarias, específicamente al PAN y a los sinarquistas, de ser los organizadores de las respectivas revueltas. En efecto, de ambos grupos políticos había involucrados. Los más evidentes eran el propio Castañeda y Austreberto Aragón, pero no eran los únicos interesados, sino que el abanico de sectores involucrados era más amplio. Para el caso de la rebelión contra Mayoral Heredia, algunos ex priistas también tuvieron una velada participación por estar relacionados con la campaña presidencial de Miguel Henríquez Guzmán en Oaxaca. De todas formas, y quizá esto haya sido una clave para lograr el triunfo al final del proceso, el CCO procuró mantener una apariencia de neutralidad con el fin de que el movimiento no fuera relacionado con uno u otro partido o candidato. En la correspondencia del CCO hay deslindes constantes de la candidatura presidencial del general Henríquez.
En afán conciliador y con la pretensión de evitar que se relacionara al movimiento en contra de Mayoral con las próximas elecciones federales, Castañeda telegrafió al secretario de Gobernación Ernesto P. Uruchurtu el 30 de marzo para consultarle si vería con buenos ojos su intervención ante el pueblo para tratar de que volviera a sus actividades normales y que el presidente de la República resolviera “dentro de las normas de bien común y justicia”. Como en el proceso de destitución de Sánchez Cano, la comunidad oaxaqueña en la ciudad de México estuvo muy atenta y procuró intervenir.
En una asamblea de los representantes de los comités cívicos realizada entre el 28 y el 29 de abril, se expuso la información que tenía una comisión que se había reunido con el secretario de Gobernación. Se les había conminado a actuar “como mexicanos y no tanto como oaxaqueños”, por el momento electoral que, argumentaba el funcionario, impedía tomar una decisión, pero que sobre el caso aún no se había dicho la última palabra. En la reunión se debía decidir si seguían la lucha durante el periodo electoral o cesaban las actividades sin disolver los comités cívicos distritales que continuarían en contacto con sus pueblos. Entre los oradores estuvo Castañeda, quien siguió la opinión de los comités de Huajuapan, Juxtlahuaca, Pochutla, Ejutla y Tehuantepec de detener la protesta, pero mantener vivos los comités cívicos. El acuerdo que se tomó fue esperar a que la situación se resolviera después de las elecciones.
Buena parte de la organización del movimiento recayó en los estudiantes del IACAEO. Al reactivarse el CCO, el presidente del CLEO, lo era también del Comité Cívico. Pronto este renunció a ambos cargos y se eligió a Jesús Martínez Vigil como presidente del organismo estudiantil y al alumno Carlos Aranda Villamayor como presidente del CCO.
Los estudiantes organizaron un grupo de mensajeros que, en bicicletas, informaban a los distintos barrios sobre los acontecimientos y decisiones del CCO. Recolectaban cooperaciones entre los comités y los comerciantes de la ciudad para el pago de desplegados. También informaban a otras organizaciones estudiantiles del país de la situación, lo que permitió que éstas se movilizaran en favor de las demandas del CCO en diversas ciudades, incluida la capital.
El conflicto tuvo consecuencias favorables para la oposición con el triunfo de Manuel Aguilar y Salazar en una diputación federal. A la par del proceso electoral, quienes mantuvieron vivo el movimiento en la ciudad de Oaxaca fueron principalmente los pequeños comerciantes agrupados en la Unión de Expendedores de Mercados (UEM). Especialmente las mujeres lideraron la resistencia. El 3 de julio, en una reunión de comerciantes se presentaron el secretario del despacho del gobierno del estado y el nuevo jefe de la policía, Manuel Cabrera Carrasquedo, para persuadirlos de dejar la lucha. La respuesta de los comerciantes fue contundente en sentido contrario: hicieron que los funcionarios se retiraran de la reunión y acordaron continuar a despecho de lo que el CCO decidiera (Smith, 2009: 391). Así, los comerciantes de mercados forzaron a los dirigentes del movimiento a continuarlo. El 24 de julio, Mayoral Heredia presentó licencia por 10 días. Al final de mes fue designado gobernador interino el general Cabrera, quien en las últimas semanas había fungido como jefe de la policía a instancias del gobierno federal.
Tal como es costumbre terminar las cosas importantes en Oaxaca, la UEM dio por terminada la lucha antimayoralista con ceremonia cívica y baile.
Un año después del conflicto, el 12 de abril de 1953, se realizó una sesión plenaria solemne para disolver el CCO. Castañeda fue invitado de honor en reconocimiento a su labor como asesor (Jiménez, 2021).
Conclusiones
La vena participativa de los oaxaqueños tuvo un desarrollo peculiar durante el siglo XX y pretendió seguir así durante el XXI. Aquí presento dos momentos de su trayecto que podríamos considerar parte de un mismo proceso generado por intentos de imponer gravámenes a una sociedad organizada. Castañeda Guzmán y Austreberto Aragón fueron actores clave en ese proceso. Sus acciones y decisiones se entreveraron con procesos estatales y nacionales que en conjunto propiciaron el triunfo.
En el año 2006, el conflicto que buscaba la caída de Ulises Ruiz también coincidió con un proceso electoral federal riesgoso para el partido gobernante (Acción Nacional), pero las condiciones no fueron propicias y las decisiones de los participantes resultaron precipitadas (un lema recurrente fue “Ni un paso atrás”). En 2010, la vía electoral generó la derrota del PRI en el estado, después de que este y sus ancestros, el Partido Nacional Revolucionario y el Partido de la Revolución Mexicana gobernaron de manera ininterrumpida desde 1932.
Referencias
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Dalton, M. (2004). Breve historia de Oaxaca. Fondo de Cultura Económica / El Colegio de México / Fideicomiso Historia de las Américas.
Indelebles 18 Luis Castañeda Guzmán (2016). Casa de la Cultura Oaxaqueña.
Jiménez Martínez, A. A. (2021). Luis Castañeda y Oaxaca durante la primera mitad del siglo XX [tesis de doctorado]. Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.
Maldonado Ramírez, M. de la L. (2013). Momentos de la construcción de la Ciudad de Oaxaca como producto turístico. Revista del Centro de Investigación de la Universidad La Salle, 10(39), 89-100. https://doi.org/10.26457/recein.v10i39.77
Medina, L. (1979). Historia de la Revolución mexicana, periodo 1940-1952. Civilismo y modernización del autoritarismo. El Colegio de México.
Martínez Medina, H. G. (1984). Historia de una crisis política local: La caída del Gobernador de Oaxaca Edmundo Sánchez Cano, 1947 [tesis de maestría]. UAM Iztapalapa. http://tesiuami.izt.uam.mx/uam/aspuam/presentatesis.php?recno=9242&docs=UAM9242.PDF
Smith, B. T. (2009). Pistoleros and popular movement. The politics of state formation in postrevolutionary Oaxaca. Universidad de Nebraska.
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Instituto de Ciencias de la Educación, UABJO.
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