Inicio de La línea del tiempo

Oscar Malagón
Yanga, Veracruz, México

Entre 2013 y 2020, el artista Oscar Malagón, originario de Yanga, Veracruz, pintó un largo mural en la Plaza Cívica del Negro Yanga (64 metros de largo por 3 de alto). Comienza con la historia de la conquista y sometimiento que vivieron los pobladores originarios, cuenta cómo fue que, diezmadas las poblaciones indígenas, hombres y mujeres fueron traídos de allende el mar, africanos esclavizados destinados a hacer las más duras labores. Continúa relatando las revueltas encabezadas por Yanga y el gran momento de liberación, cuando esta población pudo finalmente practicar su cultura, y llega hasta el presente, en que el carnaval se enarbola como símbolo de resistencia afrojarocha.

El autor aprovecha para agradecer a los presidentes municipales que apoyaron con el material y alimento: Pascual Alvarado, Gerson Morales, Polo Crivelli y el actual, Fernando Nicolás Gordillo Torres, que también ha apoyado con el mantenimiento.

Esperamos que disfruten de esta historia contada con fotos extraídas de uno de los murales más importantes de Yanga, todas ellas tomadas por el pintor y acompañadas de un texto de su autoría especialmente para esta edición de la revista.

Aquí es el inicio, la llegada de los españoles a Veracruz, antes la Antigua. Atracaron en tierra firme, y se encontraron con una civilización avanzada de los pueblos originarios.

El mito de Quetzalcóatl estaba en la mente de Moctezuma y su pueblo. La serpiente emplumada se materializó con la llegada de los hombres blancos y barbados.

Vendrían a conquistarlos por la fuerza. Con la espada se daba muerte y con la religión se suavizaba el trato a los indígenas. Quemaban a Huitzilopochtli, a Tláloc, a Coatlicue, e implantaban un régimen conciliador con la cruz, de enseñanza y conversión. Así llegaron a Veracruz y en este lugar encontraron teocallis en Palmillas.

Con estructuras monumentales, testigo de la pujanza de nuestra cultura, artistas plásticos y escultores daban con sus obras cuenta de sus tareas. Un calendario, el precedente de la piedra del sol, es este disco solar. Yugos de jade para el torneo de la pelota y metales de piedra con su metlapil para moler el maíz y hacer tortillas.

De acuerdo con el INAH, pertenecemos a la cultura madre olmeca, y la totonaca.

A la llegada de los conquistadores, en la región se tenía una alimentación sana, a base de maíz, jitomate, chile, yuca, calabaza, etc., lo que mantenía una población saludable. Los cambios en la alimentación y las pesadas jornadas laborales en las minas y el campo diezmaron a la población.

Los indígenas morían de cansancio y trajeron mano de obra importada, esclavos africanos resistentes al frío y al calor, y los marcaron como a las reses, con fierro candente, quemador. Kalimba se llama este instrumento de tortura.

La cuerda de esclavos indefensos del poderío del español. Sin calzado y sujetos con argollas de hierro. Contra un soldado completo con todas las ventajas, botas, armaduras, mosquetones, dagas, espada, casco y el caballo.

¡Esto es injusticia! Un hombre, Yanga, de las tierras de la tribu del Yanga Bara, lo que hoy es Etiopía y Sudán. Según Vicente Riva Palacio, era príncipe, hijo del rey de los dincas. Yanga se alzó en armas junto con otros esclavos.

Quemó las instalaciones de la hacienda dónde lo tenían preso y se fugaron rumbo a la orilla del río Blanco.

 Asaltaban las conductas reales, diligencias y carretas por estos parajes y huían a las mejores montañas de Omealca.

El contexto. El símbolo de la libertad, la antorcha encendida.

Los fugados vivieron libres. Conservaron música, danza, rituales de curación y dioses ancestrales, cocina y amor a la libertad y el trabajo. Se inició la revuelta en 1609. Y fue pactado un armisticio en 1630, el 3 de noviembre, según el acta original que se guarda en el archivo histórico de la ciudad de Córdoba, otorgándole la fundación de San Lorenzo de los Negros del Río Blanco.

Y hoy aquí se vive en paz y se recuerdan estos hechos a diario viniendo a este lugar para que las nuevas generaciones sepan su origen y traten bien a las personas que nos visitan. Aún se conserva la comida y la música con los jarochos.

Y las fiestas de carnaval del santo patrono el 10 de agosto.