Cuidar de las que cuidan: mujeres migrantes y trabajo del hogar en la frontera México-Guatemala

Ana Lucía Lagunes Gasca

Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, A.C.

Rodrigo Alonso Barraza García

Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, A.C.

El presente trabajo, tiene por objetivo visibilizar las graves situaciones de explotación laboral y violación a los derechos humanos que sufren las mujeres migrantes dedicadas al trabajo del hogar y de cuidados en la Ciudad de Tapachula, Chiapas.
Aunado a lo anterior, se reflexiona acerca del valor y los alcances del “espacio para el cuidado de las cuidadoras”,  una iniciativa política, pedagógica y decolonial puesta en marcha por el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova para visibilizar, resistir y confrontar dicha situación de marginación y vulneración de derechos.
El contexto: Mujeres y trabajo del hogar en Tapachula 
La historia de la ciudad de Tapachula, ubicada en la región más austral del estado de Chiapas, a tan sólo veinte minutos de la frontera con Guatemala, es una historia construida a base de movimientos, de ires y venires, de un continuo transitar y transgredir los límites. En este espacio transfronterizo o “territorio circular” (Tarrius, 2000): un corredor sociocultural constituido  a partir de interacciones cotidianas –comerciales, laborales, de parentesco, etc.- de carácter pendular que trascienden las delimitaciones políticas, las mujeres migrantes dedicadas al trabajo del hogar ocupan un lugar preponderante.
Originarias principalmente del departamento de San Marcos, en Guatemala son, en su mayoría, indígenas mayas mam, provenientes de familias campesinas. Desde muy pequeñas, y debido a las condiciones de violencia estructural que experimentan cotidianamente, estas mujeres cruzan la frontera hacia Tapachula, Chiapas para acompañar a sus padres en el trabajo estacional agrícola. Posteriormente, y con una edad aproximada de 14 años, comienzan a migrar de manera individual para así aportar tanto a necesidades familiares como buscar sueños personales.
Mujeres, indocumentadas, indígenas, muchas de ellas menores de edad… son relegadas a un trabajo con nulo reconocimiento social, el cuál es realizado en condiciones cercanas a la esclavitud: jornadas extenuantes con salarios ínfimos  -aproximadamente 2 mil pesos mexicanos al mes si bien les va- violencia física y sexual, discriminación racial, hostigamiento, despidos injustificados y encierro son algunas de las situaciones que padecen continuamente, desempeñando una labor invisibilizada y estigmatizada pero esencial para el sostenimiento y la reproducción –biológica, social y cultural- de la vida humana (Pérez Orozco, 2006).
Ejercicios decoloniales: la labor del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova  
Es en este escenario donde el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, una asociación civil con más de 18 años de experiencia trabajando por la defensa y la promoción integral de los Derechos Humanos y la Dignidad de la población migrante y refugiada, ha desarrollado un “espacio para el cuidado de las cuidadoras” dirigido a las mujeres migrantes dedicadas al trabajo del hogar en la ciudad de Tapachula, Chiapas.
Se ha puesto en marcha en este espacio desde hace ya casi 4 años una metodología comunitaria y participativa, (re) creada en distintas actividades/talleres dominicales, que busca estrategias decoloniales de intervención a partir del reconocimiento de la capacidad agente de las personas, señalando así “la necesidad de visibilizar, enfrentar y transformar las estructuras e instituciones que diferencialmente posicionan grupos, prácticas y pensamientos dentro de un orden y lógica (…) racial, moderna y colonial” (Walsh, 2009).
Así, desde el (re) posicionamiento de las mujeres migrantes como cuerpos-lugares potencialmente transformadores de las estructuras políticas y sociales, se han definido cuatro enfoques transversales de acción, todos ellos tendientes a derivar en procesos de incidencia política resultados de la acción-investigación participativa:

  1. Enfoque de derechos: con base en la concreción, ejecución y apropiación de los derechos humanos desde una óptica alejada de la victimización y con un enfoque ético, psicosocial y diferencial.  Para lograr lo anterior, se ha promovido la creación de redes de apoyo y defensa integral con organizaciones internacionales –como Médicos del mundo Francia- y con organizaciones de trabajadoras del hogar en México, Centroamérica y otras partes del mundo.
  2. Enfoque de protección: sustentado en la promoción del cuidado colectivo integral y del auto-cuidado. Para ello, procuramos que sea un espacio seguro, cómodo y confidencial en el que se desarrollen distintas actividades para su bienestar: talleres sobre salud sexual reproductiva, así como acciones lúdicas y artísticas tendientes a reflexionar sobre el concepto de bienestar –físico, económico, social, emocional– y cómo incorporarlo en las labores cotidianas, convirtiéndolo en un instrumento para la reivindicación colectiva de derechos. También desarrollamos estrategias de atención y canalización en los distintos incidentes de violaciones graves de derechos y de seguridad que se presentan (violencia sexual, robo, etc).
  3. Enfoque de género: con la finalidad de propiciar el encuentro y la reflexión entre mujeres de diferentes edades, etnias y nacionalidades, a partir del diálogo, el juego y el trabajo corporal, se teje sororidad y se construyen estrategias anti-patriarcales ancladas en la lucha por el reconocimiento del trabajo doméstico como una labor de cuidados.
  4. Enfoque de interculturalidad: procuramos el reconocimiento permanente del valor de las distintas cosmovisiones y prácticas, a su vez diseñamos un espacio dedicado al diálogo y al intercambio de saberes, dónde la sabiduría ancestral es recuperada y valorada en clave de actualidad. Como un objetivo a futuro, esperan generarse materiales didácticos y proceso bilingües de intervención –español/mam–.

Entre las principales actividades y logros asociados al proceso de construcción y consolidación del espacio podemos nombrar:

  • La puesta en marcha de un programa de radio-comunitaria llamado “La voz del parque” en el cuál se abre el diálogo entre las personas que habitan el parque central de Tapachula los domingos. Los temas, música y reflexiones provienen del espacio de mujeres, permitiendo que sus preocupaciones, deseos y denuncias suenen fuerte y claro y convoquemos y provoquemos a quien haga falta.
  • El desarrollo de talleres de fotografía comunitaria a partir de los cuales, desde la imagen, ha sido posible: conocer la realidad de las comunidades de origen de estas mujeres, sensibilizar acerca de su caminar transnacional y dejar constancia de las múltiples violencias que  experimentan día con día.
  • La construcción de una obra de teatro desde la metodología de “teatro del oprimido” propuesta por Augusto Boal (1980). El objetivo reside en, desde el arte y el juego de sentidos, convertir al teatro en una herramienta de denuncia y de propuesta colectiva para visibilizar, resistir y transformar sistemas de opresión. Actualmente, se desarrolla un proyecto para traducir estos procesos en la construcción de propuestas de carácter legislativo.

Conclusiones
El cuerpo, el movimiento, la reflexión y la  (de) construcción de los patrones estéticos hegemónicos: estos han sido nuestros principales espacios de intervención y de empoderamiento. En este caminar juntas, este revalorizar y (re) politizar lo diferente, construir nuevos significados y visibilizar el valor del trabajo doméstico, los retos a los que debemos enfrentarnos son numerosos.
Entre ellos, podemos nombrar: la profundización de las políticas neoliberales a nivel mundial, la securitización de la frontera sur de México, la criminalización de las personas migrantes y el aumento de la violencia en la región. Asimismo, las estructuras racistas, clasistas y patriarcales que prevalecen en la región son sólidas y de larga data.
Sin embargo, y en este proceso de aprendizaje, desaprendizaje y reaprendizaje continuo que implica el trabajo en el “espacio para el cuidado de las cuidadoras”, hemos aprendido y nos hemos inspirado en la fortaleza y en la capacidad de estas mujeres para construirse una vida digna y reivindicar su derecho a cuidar y ser cuidadas.
Es así que estas niñas, jóvenes, mujeres de Guatemala desafían las fronteras… de su piel, de su imaginación, de su familia, de su pueblo, de la división política, de la extranjería, del rechazo a   lo diferente, del destino impuesto a las clases y etnias oprimidas… Interpelan también nuestra  mirada de la defensa de los derechos humanos, impulsándonos a cuestionar y mejorar cada vez  nuestras prácticas como organización civil. Nos obligan, como sociedad, a revisar la manera en la  que distribuimos las tareas y beneficios de los cuidados.
Bibliografía
Boal, A.(1980) Teatro del Oprimido, Buenos Aires: Editorial Nueva Imagen
Peréz Orozco, A.  (2006) “Amenaza tormenta: la crisis de los cuidados y la reorganización del sistema económico”, Revista de Economía Crítica, núm. 5, pp. 7-37
Tarrius, A. (2000) “Describir, Interpretar. Las circulaciones migratorias: conveniencia de la noción de ‘territorio circulatorio’. Los nuevos hábitos de la identidad”, en Relaciones, vol 21, núm. 83, pp. 37–66.
Walsh, C. (2009) Interculturalidad, Estado, sociedad. Luchas decoloniales de nuestra época. Quito: UASB-AbyaYala. Págs. 204-205.
Visita nuestros links: 
Video sobre el proceso del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova AC: http://cdhfraymatias.org/sitio/trabajadoras-del-hogar/
Performance en el Parque Central de Tapachula en el marco del encuentro regional de Trabajadoras del Hogar, Febrero 2016: https://www.youtube.com/watch?v=S_S5MUEOmdo
Encuentro “Cadenas Globales de Cuidado” Mujeres Trabajadoras del Hogar en Chiapas y Guerrero: https://vimeo.com/147461971