La respuesta. El sismo del 19 de septiembre de 2017

 

Asunción Avendaño García et al*

La noción de desastre es contemplada como un proceso que corresponde a un ciclo de desarrollo de las sociedades y que está señalado por haber destrucción, decesos, lesiones, perdidas de las propiedades, perdida de normalidad de las funciones cotidianas (Macías: 1992, 1993, 2009). Este fenómeno visto como proceso social, está inmersamente interrelacionado con las fases de mitigación, preparación, respuesta y recuperación frente a desastres.[1] En cada una hay cambios en las formas sociales. De acuerdo con Macías (2009), el desastre es crítico porque “representa un acceso a un proceso de crisis global del grupo social o de la sociedad que lo sufre”.

México es un país altamente sísmico y el desastre asociado al terremoto del 19 de septiembre del 2017 es pertinente para entender el desastre como un proceso social compuesto por fases.

El martes 19 de septiembre de 2017 a las 07:00 horas, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México Miguel Angel Mancera, encabezó la ceremonia cívica para conmemorar el 32 Aniversario de los sismos de 1985 en La Plaza de la Solidaridad[2], afirmó que:

Hoy la Ciudad de México está dando cuenta una vez más de este sentido homenaje por los trágicos hechos del terremoto de 1985, mostrando una Ciudad que ha aprendido a fuerza de capacitación, a fuerza del trabajo permanente de todos sus cuerpos de seguridad y de toda la población.

Esta ciudad que hoy vuelve a mostrar esto es que es su sentir, el dolor que todavía nos recuerda lo vivido, lo acontecido en aquel 19 de septiembre pero que también nos da está oportunidad de repensar, rediseñar, de replantear una Ciudad de México cada vez más consistente en la protección de su población», agregó el mandatario. [3]

El mismo día, a las 11:00 horas se llevó a cabo el simulacro de sismo en la Ciudad de México, el Centro de Instrumentación y Regístro Sísmico (CIRES) activo el Sistema de Alerta Sísmica (SAS). Teniendo como hipótesis un sismo de magnitud 8.0 grados a 28 kilómetros al suroeste de Tecpan, Guerrero (La Jornada, 2017). De acuerdo con el mismo diario: “la Secretaría de Protección Civil local pidió a la población que participará, considerar que una vez activado el alertamiento, se dispondrá de 40 segundos para que, de conformidad a los procedimientos de cada inmueble, inicien el repliegue a las zonas de menor riesgo internas y/o evacuación. (La jornada, 2017).[4]

Asimismo los estados de México, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Puebla suspendieron el simulacro. De acuerdo con el el Diario El Universal:

Esa determinación se adoptó con motivo del sismo ocurrido el 7 de septiembre y de forma consensuada entre los titulares de Protección Civil de esos estados. Como una muestra de solidaridad con las poblaciones de Oaxaca y Chiapas, para no generar alarma en los habitantes, y activar la alerta ante una circunstancia real, toda vez que continúan presentándose réplicas.

La Secretaría de Gobernación (Segob) destacó que el gobierno capitalino también expresó su solidaridad con las entidades afectadas, sin embargo, tras una valoración, sus autoridades determinaron llevar a cabo el simulacro y la activación de la alerta sísmica a las 11:00 horas de este martes, para seguir creando conciencia en la población.[5]

En la Ciudad de México se realizó el procedimiento del simulacro de sismo, al terminar, continuó con su vida cotidiana, caminando por las calles, trabajando en sus oficinas, impartiendo clases, en labores de limpieza, atención al público en museos, bancos, etcétera.

Unas horas más tarde, a las 13:14 horas, ocurrió un sismo que de acuerdo con el reporte inmediato del Servicio Sismológico Nacional la Magnitud fue de 7.1 en la escala Richter, con referencia de localización del epicentro: 12 km al sureste de Axochiapan, Morelos Latitud: 18.4°. Longitud: -98.72° a una profundidad: 57 km”.[6]

La ocurrencia del fenómeno como sorpresivo, hubo quienes se percatarón del movimiento justo cuando incrementó su intensidad y no en las primeras oscilaciones. La Alerta Sismica sonó a la par del evento o segundos despúes. La mayoría de las personas que se encontraban dentro de una construcción, en planta baja, e incluso hasta el segundo nivel, salieron del inmueble, en los edificios de cuatro niveles se quedarón en el área que se encontraban buscando un lugar “seguro”. Algunas personas optaron por salir de sus viviendas al percatarse de la intensidad.

Minutos después del sismo, algunas personas reportaron, através de redes sociales, las afectaciones de dicho evento. Las colonias más reportadas fueron: Del Valle, Condesa, Roma Norte y Sur, el Centro Histórico y Obrera. Entre las demarcaciones más afectadas en la Ciudad de México se encuentran: Iztapalapa, Xochimilco, Tlalpan, Tláhuac, Gustavo A. Madero, Coyoacán, Benito Juárez, Cuauhtémoc.[7]

Entre las experiencias rescatadas se encuentran por el ejemplo el de la Delegación Xochimilco, y es especifico el Barrio San Gregorio donde la mayoria de las personas de este barrio obtienen sus ingresos del comercio de legumbres y de flores de temporada.[8]

Entre los daños ocasionados en el pueblo se encontraron colapso de casas, fractura de columnas, caidad de postes electricos, daño en el sistema de suministro de agua potable, asimismo, se encontró un limitado acceso de servicios básicos. Las afecciones a los servicios basicos la falta de luz y recepción telefónica, se encontró que las personas no tenían información somera de la magnitud del fenómeno y su epicentro. La llegada del fenómeno fue descrita por los entrevistados como sorpresiva.

En este lugar la intervención de la delegación fue muy poca, de acuerdo a los testimonios. Asimismo, el pueblo no permitió el manejo de recursos destinados fueran manejados por intermediarios, el manejo de estos fue por medio de cómites, los cuales estan constituidos por representantes de la misma colonia.

Con relacion a la intervencion de las personas, se encontró que el apoyo fue sido abundante conforme han pasado los días. De acuerdo con los pobladores, señalan que los medios de comunicación convencionales, y el propio gobierno, no difundian la situacion que estaba pasando en el barrio, por tanto, acudieron a medios de comunicación, como lo son las redes sociales, para poder solicitar ayuda, y, conforme a esa comunicación, fueron llegando la ayuda de voluntarios para apoyo a la remocion de escombros asi como otras labores de auxilio.

Otras de las experiencias rescatadas se encuentran por el ejemplo la Col. Lomas Estrellas en la demarcación Iztapalapa. De acuerdo, con los entrevistados señalan que los servidores públicos la atencion a la emergencia fue inmediata, llegaron algunos elementos de la SEDENA, en Lomas Estrella. Por ejemplo, la respuesta de la institución fue inmediata, ya que cuentan con un centro de operaciones que les da aviso acerca de las condiciones del fenómeno y donde acudir. Argumentan la existencia de un protocolo de emergencia, pero cuando se cuestiona de su peculiaridad, no dan detalles.

De acuerdo con el personal, su función principal es el “apoyo a la sociedad”, en la remoción de escombros y disuasión del delito, ya que “siempre hay rapiña”. Por otra parte, consideran que el apoyo de los voluntarios es vital, “siempre y cuando alguién los coordine o este al mando”.

A pesar de que los funcionarios aluden a su “inmediata respuesta”, las personas entrevistadas mencionan que fue hasta el anochecer que personal de los todos los rubros acudieron a la zona. En sitios que, si bien no se derrumbaron, pero tuvieron daños importantes, acudieron después de un día. Las personas entrevistadas mencionaron que la primera ayuda fue de los vecinos cercanos y de barrios colindantes, y de forma posterior, personas de otras delegaciones o incluso de otros estados; quienes pasaban casa por casa preguntando por las condiciones en que se encontraban y si necesitaban ayuda.

Las primeras medidas para atender a la población afectada fueron implementadas por parte de la sociedad civil, y posteriormente complementadas por las autoridades. En el caso de Xochimilco, el apoyo se concentró en una plaza pública donde las personas civiles comenzaron a organizar acopio de víveres, brigadas y atención médica. Sin embargo, se pudo observar la presencia de albergues en domicilios particulares y algunas brigadas en callejones o esquinas.

El escenario del sismo se repitió y, al día de hoy, no se tiene conocimiento sobre programas de prevención de desastre, aunque hay un fondo financiero para tal efecto, ¿dónde está la responsabilidad de la auroridad? La protección civil no ha logrado transitar a esquemas de prevención y se ha mantenido en actividades de atención de desastres como hemos visto. El desastre evidenció, una vez más, la mala organización gubernamental y revela que nuestro país no está preparado para los desastres.

México es un país altamente sísmico y las fases del desastre son fundamentales para entender al desastre como un proceso social. El sistema de alerta es un componente de las actividades para prevenir situaciones de desastres que se encuentra en los preparativos. Por tanto, el gobierno de la Ciudad de México debe ser más responsable en el uso y arreglos de un Sistema de Alerta Sísmica que no es confiable, por tanto inútil.


[*] Ana Belén Vilchis González, Ángeles Aguilar, Eduardo Vásquez Zecua, Guadalupe Virginia Hernández M, Ivonne Hernández, Janet Hidalgo Rico, Johana Pérez Anaya, Joshua André Ríos Maya, Karen Rivero, Karina Jiménez, Luz Angélica Méndez Estrada, Miguel Ángel Hernández Moreno.

[1] El uso generalizado de las fases tiene su base en el desarrollo del trabajo de la Asociación Nacional de Gobernadores de los Estados Unidos (NGA), a finales de la década de los setentas. La NGA para afrontar el manejo de desastres, propuso cuatro fases que denominaron: mitigación, preparación, respuesta y recuperación. La propuesta nace como una guía.

[2] Donde hasta 1985 existió el Hotel Regis.

[3] Fuente: El Universal, Metrópoli, Phenélope Aldaz, 19 de septiembre de 2017.

[4] Fuente: La Jornada, Simulacro en la Ciudad de México hoy a las 11, 19 de septiembre de 2017.

[5] Fuente: el Universal, Perla Miranda, 19 de septiembre de 2017.

[6] Fuente: Servicio Sismológico Nacional, http://www.ssn.unam.mx/sismicidad/reportes-especiales/2017/SSNMX_rep_esp_20170919_Puebla-Morelos_M71.pdf

[7] Cabe mecinar, que el trabajo de campo se realizó del 23 al 30 de septiembre en diferentes comunidades en la Ciudad de México. Se realizarón entrevistas a diferentes personas entre las que se encuentran: servidores públicos, prestadores de servicio privados, damnificados, vecinos, brigadistas, voluntarios.

[8] A raiz de los eventos meteorológicos del mismo mes, las fuentes de ingresos se vieron afectadas.