Derecho a la ciudad en América Latina: miradas cruzadas y saberes diversos

Claudia Zamorano

CIESAS Ciudad de México

Jeremy Rayner

Instituto de Altos Estudios Nacionales

El “derecho a la ciudad”, concepto acuñado por Henry Lefebvre en 1968, se ha convertido a nivel global en un importante elemento del discurso en políticas urbanas del siglo XXI. Se encuentra en pronunciamientos de movimientos sociales, de la ONU, de activistas e intelectuales, en leyes y constituciones nacionales.

¿Cómo y quiénes movilizan el concepto en los capitalismos contemporáneas de Latinoamérica? En este panel reflexionamos sobre la diversidad de aplicaciones y significados observadas –en especial mediante métodos etnográficos– en cinco ciudades de América Latina.

En Río de Janeiro, lugar donde el derecho de a la ciudad hace parte de los derechos constitucionales desde 1988, Kayla Svodoba (U. de Oxford) realiza su trabajo de campo en 11 ocupaciones de vivienda de la ciudad central, en el contexto de los Juegos Olímpicos 2016. En este evento global, que conlleva una ola de especulación urbana, la autora observó cómo los discurso sobre el derecho a la ciudad y la función social de la propiedad -que ya han sido interiorizados de alguna manera por los habitantes- no sólo son usados para reivindicar las prácticas de ocupación, sino para crear una “lógica de afinidad” entre voces sumamente diversas, incluso contradictorias.

En el mismo contexto, Lucía Cantero (U. de San Francisco), enfocó la mirada en los espacios públicos cariocas, analizando el discurso de vendedores ambulantes y residentes de las zonas impactadas por el espectáculo. Con esto, observa la tensión del derecho a la ciudad en esas condiciones de globalización; revelando las lógicas de desposesión del espacio público mediante la violencia y la privatización.

Contrariamente a la realidad brasileña, el discurso sobre el derecho a la ciudad parece poco socorrido en Quito, especialmente en las comunidades indígenas de la periferia. Jeremy Rayner (Instituto de Altos Estudios Nacionales, Ecuador) explicó esta ausencia por el interés de las comunidades por contener la urbanización a fin de preservar practicas originarias como actividades agrícolas, celebraciones tradicionales y gestión comunitaria de bienes ancestrales. En este sentido, el término ciudad no tiene una connotación positiva. Rayner sugirió retomar más ampliamente el pensamiento de Lefebvre para ver en la noción de “espacio diferencial”, la posibilidad de estas comunidades a acceder a una infraestructura urbana moderna sin tener que renunciar a su organización comunitaria.

En un sentido similar Alejandra González (U. de Toronto) observó la resistencia al proceso de urbanización del Frente de Pueblos por la Tierra y el Agua, un movimiento campesino de la región de Puebla que también lucha para contener los límites de la urbanización; manifestándose expresamente contra cambio de usos de suelo ejidal a urbano y contra la explotación del agua para las ciudades. Enarbolando un discurso ecologista, las prácticas de este movimiento muestran a qué grado los conflictos y reivindicaciones urbanas, el derecho a la ciudad en sí, pueden entrar en conflicto con otros derechos, costumbres, relaciones sociales y modos de vida.

En otro registro, en una periferia marginal de Lima, Kristin Skrabut (U. de Harvard) analizó el concepto de vivencia que, siguiendo a Lefebvre, sería una vía para ganar derechos ciudadanos. Sin embargo, el contexto limeño, donde la gente toma en serio la idea que su propia “vivencia” en un asentamiento de invasión genera esos derechos, deja ver que esa vivencia, al contrario, confirma las desigualdades, promueve la inseguridad ciudadana y crea confusión sobre representados y agentes susceptibles de representar. En ese sentido, el derecho a la ciudad lejos de ser una respuesta sencilla a los problemas urbanos de los pobres, genera nuevas problemáticas entorno a derechos jurídicos, representatividad, democracia y condiciones de vida.

Finalmente, Claudia Zamorano (CIESAS) ofreció un panorama del discurso polifónico y a veces contradictorio sobre el derecho a la ciudad en la Ciudad de México, lugar donde el concepto empieza a ocupar un lugar importante en la legislación y la política urbana. Partiendo de los resultados de una serie de Jornadas de trabajo (2012-2013)[1], se analizan los discursos de un grupo de académicos, así como de dos tipos de activistas sociales: por un lado, aquellos que reivindican el discurso del derecho a la ciudad. Por otro lado, aquellos que, sin mencionar el término, luchan por permanecer en la ciudad y participar en los procesos de decisión que la construyen y transforman.

Así, estas seis propuestas no sólo estamos viendo quienes y cómo reivindican el concepto del derecho a la ciudad, sino también quienes lo practican de facto, lo critican y lo evitan o le oponen resistencia. También estamos revelando el papel que tiene el término de “ciudad” en la delimitación del horizonte de este derecho, así como su relación y sus contradicciones con otros derechos colectivos.


Ponencias

Kayla Svodoba. La luta pela moradia. La función social del espacio y el derecho a Rio de Janeiro.

Lucía Cantero. Una política del espacio y el espectáculo: el derecho a los juegos Olímpicos de Rio 2016

Jeremy Rayner. Urbanización democrática y el derecho a un espacio diferencial: Repensando el derecho a la ciudad desde las comunas de Quito

Alejandra González. Los limites del “derecho a la ciudad”

Kristin Skrabut. No hace vivencia: Conflictos sobre residencia y derecho a la ciudad en los barrios marginales de Lima

Claudia Zamorano. El derecho a la ciudad en la Ciudad de México del siglo XXI: polifonías y encuentros

Claudia Zamorano, ciesas Ciudad de México

Jeremy Rayner, Instituto de Altos Estudios Nacionales


[1] Estas Jornadas dieron origen al siguiente libro, que se presentará también en marco del LASA 2017: Por el derecho a la ciudad. Dialogo entre academia y movimientos sociales en la Ciudad de México, Carmen Icazuriaga, Margarita Pérez, León Téllez y Claudia Zamorano (Editores), Casa Chata, 2016.