Rosario Castellanos Figueroa

Margarita Dalton Palomo

CIESAS Pacífico Sur

(Ciudad de México, 1929 – Tel Aviv, Israel, 1974)

Rosario Castellanos Figueroa nació en la Ciudad de México en 1929. A los pocos días de nacida sus padres la llevaron a vivir a Chiapas, donde tenían una hacienda. Realizó sus primeros estudios en Comitán, los Altos de Chiapas. Al terminar la secundaria, viajó a la Ciudad de México para inscribirse en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), y a los 25 años se graduó como maestra en letras en la misma universidad, con la tesis Sobre cultura femenina. También impartió clases de literatura en esa facultad.

De 1950 a 1951 fue becaria del Instituto de Cultura Hispánica de la Universidad de Madrid. Trabajó en programas culturales para el Instituto Nacional Indigenista (1951-1957). Durante las décadas de 1950 y 1960 la invitaron a investigar e impartir clases en varias universidades estadounidenses, y fue becaria de la Fundación Rockefeller en el Centro Mexicano de Escritores (1954-1955). Estuvo a cargo de comunicación y prensa de la unam (1960-1970).

Entre los libros que lee y tienen gran importancia en su vida está El segundo sexo de Simone de Beauvoir. Este texto pudo haber sido una inspiración para su posterior inclinación a promover el estudio sobre las mujeres.

Desde muy temprana edad mostró disposición para escribir y lo hizo constantemente. Su obra incluye poesía, cuentos, teatro, ensayos, novelas y artículos periodísticos. La escritura para Rosario fue parte fundamental en su vida. Fue reconocida por su calidad académica como escritora y pensadora comprometida con la democracia. En 1958 se casó con Ricardo Guerra, filósofo y catedrático de la unam, con quien procreó a su hijo Ricardo.

Muchas de sus obras, poesías, novelas y cuentos son armas de denuncia contra la explotación de los indígenas en Chiapas, como Balún Canan (1957) y Oficio de tinieblas (1962). De igual modo, estudió la condición de marginación, discriminación y explotación de la mujer en México. Con gran sentido de la ironía y humor escribió para el teatro El eterno femenino (1975), donde pone a conversar a la Malinche con Sor Juana Inés de la Cruz y doña Josefa Ortiz de Domínguez.

En la época colonial había un refrán popular que rezaba “Mujer que sabe latín, ni tiene marido ni tiene buen fin”. A pesar de eso muchas mujeres estudiaron y se volvieron médicas, maestras, abogadas, contadoras o secretarias. La famosa frase sirvió de inspiración a Rosario para escribir Mujer que sabe latín… (1973) libro donde hace un recuento de las mujeres en México que tras romper obstáculos estudiaron, lograron terminar la universidad y fueron destacadas profesionistas.

Rosario es recordada por los artículos y cartas que publicó durante muchos años en periódicos nacionales, prácticamente hasta pocos días antes de su muerte. En 1971, el gobierno mexicano la nombró embajadora de México en Israel; falleció en Tel Aviv, a los 49 años, el 7 de agosto de 1974.

Fuente: Fototeca Nacional, Núm., Inv.12492,

Rosario Catellanos, escritora, retrato.