Midsommar (EUA, 2019)

Karla Paniagua Ramírez

Coordinadora de estudios de Futuros en CENTRO
kpaniagua@centro.edu.mx

La más reciente película de Ari Aster nos plantea la historia de un grupo de estudiantes de Antropología que viaja a la villa de Hårga, Suecia, para documentar los rituales veraniegos parte del trabajo de campo para sus tesis doctorales.

Hasta aquí todo parece razonable y lógico. El trabajo de campo es una actividad que forma parte de la experiencia antropológica y por tanto es esperable en el contexto antes descrito.

Todo parece indicar que los protagonistas van en busca de supervivencias, es decir que su investigación responde al enfoque evolucionista. El anhelo se desvanece y la percepción sobre los buenos salvajes la villa desaparece cuando los rituales atestiguados los horrorizan por su carácter pagano y brutal.

Conforme la trama se desarrolla observamos que los investigadores no se han informado lo suficiente sobre las costumbres locales (al parecer no hay muchos artículos de investigación publicados sobre el tema), no han realizado un estado del arte, no hablan la lengua local ni tienen claras sus preguntas ni hipótesis: se abandonan a la inmersión como quien se avienta en una piscina sin saber nadar y sin usar flotis. Tampoco son sistemáticos en sus entrevistas ni respetan los símbolos sagrados del lugar, transgrediéndolos pese a las advertencias de los lugareños.

Por supuesto, esta es la tormenta perfecta. Esas tesis nunca verán el final. Si fueran mis estudiantes estarían reprobados, pero es la realidad la que se encarga de reprobarles.

Ari Aster no se propuso realizar un retrato fiel de cómo son los antropólogos (estoy segura de que los lectores de Ichan Tecólotl hubiesen sido extraordinarios asesores), objetivo que escapa al argumento de la película, centrado en la pérdida del amor, la culpa y el engaño. Lo que sí podemos decir es que Midsommar, además de ofrecernos una experiencia cinematográfica memorable, nos muestra de forma muy contundente cómo no deben ser los antropólogos, razón por la cual se las recomiendo ampliamente.

Karla Paniagua Ramírez

Kpaniagua@centro.edu.mx