La política agraria de Venustiano Carranza en la obra de Friedrich Katz1 

Luis Barrón

CIDE

Hablar de la obra de Friedrich Katz es complicado tanto por la extensión de su obra como por su longevidad como historiador. Sin embargo, sin asumir mucho riesgo, su obra sobre la Revolución mexicana puede ser caracterizada por tres ideas centrales. La primera es que una de las causas de la Revolución, quizá la más importante, fue el problema agrario. Para el profesor Katz era imposible entender la Revolución sin entender primero el problema agrario (que estuvo presente en diferentes regiones del país con distintas características). La segunda idea es que la Revolución mexicana fue un fenómeno nacional. Para Katz, el mosaico que era la Revolución sólo hacía sentido cuando uno, incluso haciendo historia regional, se atrevía a verlo como un fenómeno nacional. La tercera idea es que la Revolución mexicana fue parte integral de la historia mundial. Así como no se puede entender la Revolución sin antes estudiar el problema agrario y sin verlo en toda su extensión tanto territorial como temporal, tampoco se le puede dar sentido histórico si se le desliga de la historia de la Primera Guerra Mundial o de la relación de México con Estados Unidos, e incluso, de la historia de otras revoluciones. 

Este texto tiene como objetivo analizar, a la luz de estas tres características del pensamiento de Katz sobre la Revolución mexicana, la hipótesis de que Carranza no fue agrarista ni desarrolló nunca una política agraria. Desde el punto de vista del profesor Katz, no importaba cuánto tiempo se buscara en las fuentes o qué tan aventurado se fuera al momento de realizar interpretaciones: cuando menos, hasta antes de septiembre de 1913, Carranza no tuvo la más mínima concepción, ni interés, del problema agrario. Para Katz, Carranza fue un porfirista que, ya en la Revolución, evolucionó hacia el reformismo nacionalista, pero que nunca entendió las demandas populares ni los radicalismos; y, además, fue un político que nunca tuvo la visión suficiente para hacer las concesiones necesarias a los grupos populares que habían derrotado a Díaz y a Huerta. 

A fin de mostrar por qué no estuve de acuerdo con la hipótesis de Katz, es necesario desarrollar su argumento sobre la ausencia de pensamiento agrarista en Carranza para luego contrastarla con evidencia a la que Katz no tuvo acceso. La investigación de la que este texto es parte, me ha permitido sostener la hipótesis de que Carranza sí tuvo una política agraria que estuvo enmarcada por el respeto a los principios liberales que guiaron siempre su pensamiento. Venustiano Carranza era un liberal dogmático, para quien lo más importante era el respeto a los derechos individuales y, por consiguiente, el límite que la ley pudiera poner a la acción del gobierno. Por esa razón, Carranza no incluyó medidas radicales de reforma agraria en su propuesta de modificación a la Constitución de 1857, pero sí se dio a la tarea de construir un marco legal y una burocracia que aseguraran el respeto del individuo y de sus derechos, sin importar si era un terrateniente o un habitante de un pueblo. 


1 Resumen de la ponencia presentada en la Cátedra Katz, octubre 2016.